martes, 27 de enero de 2015

LOS PUEBLOS MÁS BONITOS DE ESPAÑA ¡SON LOS COLORES QUE ME HACEN SENTIR BIEN!

Alicante-Amanecer en el Mediterráneo

No hay mejor reclamo que empezar una entrada con “lo más” siempre suscita expectación, aunque como decía mi abuela “para gusto los colores” y si hay algo que tiene España es eso color ¡¡¡Todos los colores del Arco Iris!!!

Su mar:


Sus ciudades:


Una cosa que digo a menudo es que si cruzas Francia de sur a norte, una vez pasada la gran montaña que nos separa, toda su extensión es una llanura, en principio, gusta, pero 300 km después, 600 después… Cansa un poco.


Aquí nunca pasa esto, un país Mediterráneo tocado por la varita de Gaia, en su clima, su situación privilegiada, su orografía cambiante, desde un desierto a nieves continúas, desde la llanura de La Mancha a los lagos glaciales del Pirineo.


Donde son muchas las civilizaciones que han dejado su sello, el mestizaje de una tierra, que se refleja en su gastronomía, su folklore, sus tradiciones más arraigadas desde la noche de los tiempos.


Sus distintas construcciones, aprovechando los elementos, los materiales que la naturaleza les da, desde el poblado troglodita de Guadix, esas cuevas cuya temperatura es ideal todo el año, a los hórreos del norte, aunque nunca me he explicado porque los asturianos son cuadrados y los gallegos rectangulares, tampoco me explico porque a las pallozas de los Ancares se las llame brañas en Asturias, me queda claro que son singularmente perfectas.


Los oficios, que siempre han estado presentes, como pasear por Castrillo de los Polvazares y no imaginar los arrieros y sus carros, en sus amplias calles y sus anchas puertas.

Hay muchas publicaciones donde seleccionan los pueblos más bonitos de España, entre ellos, los que más candidaturas tienen son: La Alberca, Albarracín, Cudillero, Ronda, Santillana del Mar...


Morella, Frías, Peñalba de Santiago, Calatañazor...


Pero como elegir entre tanta belleza...


Este post entre otras etiquetas voy a ponerle la de PRESENTACIÓN, uno de los objetivos de este blog es mostrar los paraísos cercanos, lugares especiales que me quedan cerca ¡¡¡SON LOS COLORES QUE ME HACEN SENTIR BIEN!!! Además de algún que otro lujo, que de tiempo en tiempo y a base de mucho tiempo he tenido el placer de conocer.

Algunos de estos lugares ya han tenido su sitio en este blog y los demás ¡Todo se Andará! y aquí el vídeo que hice hace unos años con un temazo de los 70 de TOPO "LOS COLORES"


"Has visto amanecer, el páramo en León,
la bruma gris y un viejo caserón. 
has visto romper las olas, contra el dique de Gijón,
sentir la fuerza del mar a tu alrededor. 

Te has parado alguna vez a ver, 
los colores que estallan en Madrid 
cuando al salir del metro en una tarde otoñal 
el sol se va. 

La mancha es de un color, 
que no se puede explicar,
mitad magia, mitad desolación 
Andalucía duerme en sábanas de cal 
El triste sueño de la soleá. 

Y del Mediterráneo qué,
a quién no le enciende su color, 
siempre habrá un sitio en tu puerto 
siempre el hijo Predilecto 
del gran padre sol. 

Son los colores que me hacen sentir bien 
Son los colores que me hacen sentir bien 
Son los colores que me hacen sentir bien 
Son los colores que me hacen sentir bien" 

viernes, 23 de enero de 2015

ÁVILA Y SU MURALLA: LA BELLA DURMIENTE CASTELLANA "ORIGEN"


ÁVILA es la bella durmiente Castellana, una ciudad medieval aletargada al abrigo del cálido abrazo de su muralla, asentada sobre un montículo rocoso en el corazón de la meseta, a orillas del río Adaja. Tiene el honor de ser la capital de provincia más alta de España y de las más altas de Europa, de inviernos largos y fríos abundando las nieves, rodeada de montañas, bajo un telón azul de aire puro, es, como el sinfín de leyendas que se ciernen en sus torreones, la estampa de un cuento de hadas.


Declarada patrimonio de la humanidad por su excelente conservación, toda la villa es un tesorito, cada plaza, cada calle, cada rincón, mantiene la huella de sus pueblos, la esencia de su historia.


En su casco antiguo perdura el trazo de las ciudades romanas, rectangular, dos calles principales que acaban en el foro, en la actualidad, El Mercado Chico.

Pequeña y coqueta, su firme irregular alberga palacios, conventos, esas monjitas que elaboran las yemas de Santa Teresa ¡¡¡Manos de santas!!! Museos, monasterios, iglesias, pero su santo y seña, su emblema es su MURALLA, atribuida míticamente a las manos de Alcideo, hijo de Hércules y a simple vista, es tan fantástica que bien podía haber sido obra de los dioses.


Un bastión románico de finales del siglo XI que se inició por la cara oriental de la ciudad, la más llana, el franco más vulnerable, utilizando, en principio, los restos de una fortificación romana y materiales de una necrópolis que se encontraba en la basílica de San Vicente.

Basílica de San Vicente y abajo Iglesia de San Andrés

Los grandes sillares situados en el acceso al interior por la puerta que se sitúa justo frente al mencionado oratorio hacen visibles el ingenio romano.

Puerta de San Vicente

Su origen se remonta a la reconquista por las tropas cristianas de Ávila, el rey Alfonso VI mandó repoblarla a su yerno Raimundo de Borgoña, con el fin de asegurarse este territorio que tras la conquista musulmana a los visigodos había quedado deshabitado, era tierra de nadie.

Los asentamientos fueron un éxito y el noble mandó edificar la muralla a dos de los mejores maestros europeos: Florín de Pituenga y Casandro, un parapeto vital en tiempos de gestas y batallas. Según relata un cronicón de la época fueron necesarios “Maestres de jometría, oficiales de fabricar piedra tallar, carruajes de ingenios, cantidad de hierro, acero y ballestones, mucha moneda y seiscientos carros con muchas campañas y ganados”, todo esto hizo falta para levantar entre 1090 y 1099 esta colosal obra, y muchas, muchas manos, más de mil constructores.


El resultado ahí sigue latente, 2516 metros de cerca rectangular que abarca íntegramente todo el perímetro de la antigua urbe, manteniéndose intacta tras un par de restauraciones. Una construcción civil-militar cuya funcionalidad es evidente, sin embargo, su simplicidad y delicadeza trasmite paz.

Catedral del Salvador desde la parte superior de la muralla

De la misma muralla, de lo conocido como “el cimborrio” ve la luz la Catedral del Salvador que es parte del baluarte, la prolongación del ser, este tambor románico guarda su altar mayor.

El Cimborrio de la Muralla desde arriba

Cuando vas por la calle este tramo pasa casi desapercibido, lo mismo es que la foto es difícil:


Un lugar bélico por fuera y por dentro, el cielo de un de un templo.

Cúpula altar mayor Catedral del Salvador

En la que fue la adelantada de la Extremadura Castellana (denominación en la Edad Media del territorio conquistado por el reino de Castilla entre los ríos Duero y Tajo), comenzó un nuevo renacer dando una normalidad arquitectónica a esa vida recién inaugurada, tanto en intramuros como en extramuros, floreciendo los templos a ambos lados, a voz de pronto, Basílica de San Vicente, de origen visigodo, Iglesias a “todos los santos”:  San Pedro, San Pelayo, San Andrés, Santo Tomé… Y santas, Magdalena, Ntra. Sra. De la Antigua…

Iglesia de San Pedro

Hasta aquí llego… Como antes me he quedado en lo dulce, si hay algo más sólido que la muralla es su yantar, esas patatas revolconas con su torreznito, típica en toda la provincia, como el chuletón de Ávila, o los asados, a la antigua usanza, en hornos de leña. Pego un enlace con un plano e información.

¡Eso es todo amigos!