lunes, 27 de mayo de 2013

AÍNSA: EL BALCÓN DEL PIRINEO


AÍNSA una villa añeja del Pirineo que la brisa de la montaña impregna de frescura. Pocos miradores hay tan excepcionales como el campanario de su colegiata, hacia un lado, los cañones de Guara y hacia el otro, la basta montaña, el Monte Perdido.


Cruce de caminos donde se accede a la zona sur y oriental del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, puerta de entrada a la Garganta de Escuaín, a los Cañones de Añisclo y al Valle de la Pineta.

Situada en la comarca del Sobrarbe un condado milenario con Marca Hispánica, su castillo se construyó en el siglo XI como protección de un territorio ya cristiano.


La iglesia de Santa María es de factura románica, de interior sencillo, detrás el altar se encuentra la cripta, que después de su restauración solo guarda la esencia de un aura lúgubre y misteriosa. De origen defensivo, de ahí su esbelta y sobria torre, una auténtica atalaya.


Su Claustro es un capricho, una partitura de arcos ojivales y de medio punto sobre una estructura trapezoidal, pequeño y coqueto, un pozo de piedra en una de sus esquinas hace a la vez de fuente de deseos.


Es complicado definir un conjunto tan armónico, se acumulan las palabras, los adjetivos... Se presenta hermosa, de piel morena, sin perder nunca la tonalidad dorada más o menos tostada por el sol. Pueblo medieval amurallado, su Plaza Mayor conserva los edificios originales sobre pórticos y está considerada de las más bellas de la península.


Dos callejuelas sinuosas y empedradas completan el casco antiguo, las casas de dos o tres plantas con  balcones repletos de macetas, plantas y flores adornan las pintorescas fachadas de piedra, la mayoría de las puertas en forma de arco.


Y los tejados ¡Qué bonitos! Las chimeneas con espantabrujas y en este detallito por lo que me toca me voy a entretener con sumo gusto, la tradición popular cuenta que sirven para proteger los hogares por su flanco débil, el que genera esta abertura superior visible solo desde el cielo, de esos seres mágicos que lo sobrevuela al amparo de la noche.


Pocas quedan originales, pero siguen presentes en la actualidad manteniendo el antiguo cuño, siendo un signo de identidad del Altoaragón. Son cilíndricas, más estrechas en la parte superior, en principio, solo consistía en poner una piedra porosa sobre la misma y así las hacía ulular el viento provocado por las temidas escobas, la parte superior está provista de varios huecos formando alguna que otra virguería que las hace diferentes entre sí ¡Fantásticas!


Aínsa está considerado por varias publicaciones uno de los sitios más bonitos de España, de este criterio ya hablé en otra entrada y como decía, no soy de decantarme por quien es más, pero sin duda, como La Alberca o Albarracín, para mí está en la lista de los top-10, solo hay que ver la primera foto con el efecto acuarela, es una pinturita y para muestra un botón, aquí un mini vídeo, un talismán que tras la pantalla permite otearla desde tierra y aire.

lunes, 20 de mayo de 2013

LAS IGLESIAS MOZÁRABES DEL SERRABLO (HUESCA)


Érase una vez las Iglesias del Serrablo, palabra antigua que desde el medievo sirve para asignar el vasto territorio de Huesca comprendido entre Gavín y Aínsa y érase una vez el origen, que como todo origen es del todo incierto.

Un grupo de 17 templos erigidos entre los siglos X y XI, similares entre sí y distintos de todos los demás,  un estilo único que solo está presente en esta comarca, conocido también con el nombre de “El Círculo Larredense” por ser “San Pedro de Lárrede” su máximo exponente, aunque para mí… Iré desarrollando los puntos suspensivos.

San Pedro de Lárrede

Por la peculiaridad de encontrarse todas ellas en apenas una veintena de kilómetros en torno a el río Gállego se denomina a su estilo “Románico del Gállego”, cercanas a las grandes poblaciones de Sabiñánigo y Biescas en un entorno naturalmente fantástico.

Fueron redescubiertas  a principios del siglo XX y desde entonces su fábrica ha suscitado un sinfín de dimes y diretes: ¿Mozárabe o Románico Lombardo? Y me viene al coco LA MARCA HISPÁNICA.

Una asociación con el nombre de AMIGOS DE SERRABLO ha conseguido despertarlas de su sueño, logrando que se las declare monumentos de interés histórico-artístico; ellos defienden la teoría que son templos del primer románico que se conoció en la península con componentes de la arquitectura musulmana, también se encargan de la restauración de estos tesoros, que en algún caso, estaba en estado lamentable, incluso algún listo quería llevarse la ventana de “San Juan de Busa” a su chalet, nada más y nada menos que tres arcos de herradura con su marco, cuyo valor es incalculable… Siguiendo los puntos suspensivos, para mí, Busa es la más especial, rodeada de montañas en lo que en otro tiempo fue una aldea medieval, señero y cuya torre nunca emergió dándole la apariencia de la quilla de un barco varado en soledad...


Es tan insólita como misteriosa y en su puerta reza “la ilaha illa Allah”, que a cristiano no suena y que significa “no hay otro dios que dios”. 

      
Construcciones sólidas y sencillas, tanto, que mi hijo de 10 años en una me dijo que si íbamos a ver una casa, con tejados a dos aguas y sin apenas ornamentación, destaca más su arquitectura que su escultura.

Eremitorios de planta rectangular de apenas unos metros, pequeños, de los que salta a la vista sus grandiosos campanarios, torres esbeltas que se elevan al cielo desproporcionadas con el resto de la obra. A mí, salvando la distancia, alguna me recuerda a las iglesias del Valle de Bohi a otros le evoca los minaretes de las antiguas mezquitas.

Características de estos templos es el ábside semicircular, decorado con arcos ciegos que se apoyan en lesenas, en este rasgo el estilo carolingio se impone y la más singular, el friso de baquetones verticales que coronan a todos ellos, marca distintiva de este enclave.

San Martín de Oliván

Sin embargo o en contra, otra de las peculiaridades del conjunto son las ventanas, de dos o tres arcos de herradura, habitualmente en alfiz, típicas de la arquitectura andalusí.


(…) Más puntos suspensivos, el más antiguo de toda la colección es "San Bartolomé de Gavín", también se encuentra solitario en una extensa pradera y tras de él una frondosa arboleda, de la que sobresalen los pinos, aquí también existió una población de la que hoy nada queda, es tan primitiva que en este caso los arcos no van enmarcados, un lugar tan idílico que me encandiló.


Alguno de los símbolos de su atalaya, geométricos y sencillos, me recordaron a la cultura celta, incluso como estoy tan volá me vino al coco el círculo del horóscopo celta, por aquello de que son 13 los árboles que lo representan, como las fracciones…


La historia dice, en un resumen muy resumido, que la zona del Gállego, de difícil acceso, tras la caída del reino visigodo estuvo bajo el dominio musulmán, nada se sabe sobre si se les permitía mantener cualquier otra liturgia. Tras la conquista cristiana, recibió una nueva oleada de pobladores de ideología mozárabe y posiblemente por su peculiar aislamiento el rito musulmán se practicó hasta bien entrado el siglo X.

Lo único que me queda claro, tras todos los enigmas que ocultan las noches de los tiempos, es que sea cual fuere su proceder  ¡Son bellísimas! He hecho un pequeño vídeo donde están algunas de las que son, por cuestión de tiempo y las fotos tienen que ver con la lluvia limpia que nos acompañó durante toda la aventura.

martes, 14 de mayo de 2013

PARQUE NACIONAL DE ORDESA Y MONTE PERDIDO ¡PUNKADIDDLE!


Los caminos de la tierra y el conjuro del agua… La inmensa montaña que quiero dar la mano y no logro alcanzar ¡Punkadiddle!

Imagino que nadie sabe que significa esta palabreja de apariencia anglosajona, pues yo, tampoco, quizá si preguntase a Miguel Viejos Campos me diría de donde sale, pero no se deja, jeje.

Puesta a fantasear creo que tiene un significado alegre, puede ser una expresión de infancia o algún similar, algo hermoso seguro, la canción es como un juego hasta donde los espectadores entusiastas emiten una gran ovación. Cuando la escucho me da energía, tengo que empezar a andar, siento que estoy viva y esbozo una sonrisa…


Una sensación parecida siento cuando me adentro en la naturaleza, se me para el reloj, el tiempo deja de existir. En esta ocasión he aquí el MAPA DEL TESORO:


Es mirar la inmensa acuarela del Pirineo pariendo ríos cristalinos por todas sus vertientes, y, en ese momento, quiero ser agua, nube, montaña, mariposa… Mimetizarme en este paraíso donde el silencio no existe.

jueves, 9 de mayo de 2013

EN RUTA: PRADERA DE ORDESA-COLA DE CABALLO

Circo de Soaso y Fajas de Pelay

Hoy he vuelto a andar sobre mis propias huellas cautivas de un paraje que perdura en mi memoria, tras el sonido del agua cristalina del río Arazas que juguetona se abre paso deslizándose entre las piedras del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido, en primavera, con un día fabuloso y bajo mis pies, la blanca nieve.


Esta ruta es de la más conocidas y transitadas de este ámbito: DESDE LA PRADERA DE ORDESA A LA COLA DE CABALLO, de mis rumbos favoritos ¡Me llena! Es completa y con esta van tres ¿Habrá una cuarta?

Foto escaneada de hace... Pero sigo llevando las mismas botas ;D

El objetivo, una formación geológica única en una de las montañas con más solera de la península: “El Monte Perdido”, el macizo calizo más alto de Europa, al llegar a un punto la vegetación es inexistente, también conocido como “Tres Sorores” por la imagen que presenta los tres picos que lo forman: Monte Perdido, Cilindro y Añisclo.


El coche se deja en el parking que está habilitado en “La Pradera”, aunque si vais en agosto, semana santa... En temporada alta, debido a la afluencia de gente, no se puede acceder al parque en vehículo propio, hay unos autobuses que te acercan desde el pueblo más cercano: Torla.


El trayecto aproximado de ida es de 11 km., con un desnivel de unos 450 m, transcurre a través del Valle de Ordesa el más occidental y popular de la Reserva Natural, un lugar vivo e idílico que te sorprende con toda la exuberancia que la naturaleza puede dar, tras el rastro del líquido elemento te adentras en un entorno magnético.


El camino es ancho y está debidamente señalizado, sencillo de realizar, solo se requiere tener costumbre de andar y unos zapatitos adecuados para la ocasión, cosa que en este caso es básica. No voy a obviar la pequeña imagen de la virgen que se encuentra apenas iniciado el paseo, recordando a la ministra científica y a la virgen del Rocío.


Los primeros pasos te sumergen en un frondoso bosque y vas ascendiendo casi sin notarlo, curva y repechito, curva y repechito… 


Sin dejar de escuchar el eco del río en ningún momento, la esencia de todo este recorrido es el aspecto caprichoso en el que se descubre el agua, a unos 4 km se encuentra “La Cascada de Arripas” y su mirador correspondiente, también hay una fuente, este tramo es el más concurrido, familias enteras cuyo propósito es simplemente conocer un sitio bello y disfrutar de un día de campo, llegados aquí cruzan el puente y se vuelven, ruta corta circular.

Cascada de Arripas

Siguiendo la marcha, a una media hora sale un desvío: “La Cascada de la Cueva”  y  “La Cascada del Estrecho”, puestos a andar, merece la pena bajar un poquito y contemplarlas, son impresionantes.

Cascada del Estrecho

Aquí ya comienzas a notar los repechitos, sigues subiendo y te encuentras en un hayedo embrujado, precioso y una caseta por si llueve y casualmente estás cerca.


Tras vadearlo la senda se hace más dificultosa, aunque poco, y entramos en la parte que a pesar de ser la más dura, es la más singular “Las gradas de Soaso”, como si de un anfiteatro de roca se tratase, el agua corre peldaño, a peldaño, unas formaciones calcáreas perfectas, merece la pena llegar aquí solo para disfrutar de este espectáculo de la naturaleza.

Gradas de Soaso

Una vez subida esta sinuosa escalera ante tus ojos se abre “El Circo de Soaso”,  una formación glacial que se vislumbra como una extensa y llana pradera, a 1700 metros aún en un día cálido el aire se torna fresco, limpio y las vistas son impresionantes. ¡El último kilómetro está chupao!

Circo de Soaso

Al final, tras traspasar esta planicie, a los pies del Monte Perdido en una profunda hendidura se encuentra “La Cola de Caballo” ¡Objetivo conseguido!

Cola de Caballo

Muchas lunas han pasado desde que dormí en el Refugio de Góriz (2200 m.) pero esta ascensión sólo está reservada para profesionales o para jóvenes colgaos como era el caso y el caso es que el camino sigue desde esta plataforma, cruzas el puente de la cascada y para arriba, por si os queda ánimo.

También, a quien le guste triscar por la montaña existe la alternativa de ida por otra ruta que con nieve o lluvia es poco recomendable, por no decir imposible, ojo de ir, para volver por ella hay que estar además en plena forma, mi experiencia es que en su día me puse a llorar cuando vi por donde tenía que bajar... Resultó que llegamos a la Cola de Caballo y se nos hizo fácil el camino; con mi mala costumbre de leer de soslayo uní las “Fajas de Palay” con “La Senda de los Cazadores” y resumí el tiempo/dificultad a la mitad.

Fajas de Pelay (Foto escaneada subiendo a las Fajas de Pelay, se ve el camino de abajo y el que va ascendiendo)

Este camino es bastante más empinado y árido, llegas a una altura espectacular ¡A vista de pájaro! Como buenas fallas, cuando se juntan se complican un poquito, hay que asegurar la pisada a tierra porque da miedito ver como caen las piedras a plomo, aún así, hasta aquí bien, el llanto vino cuando dos horas después llegamos al refugio del Calcilarruego y observamos “La Senda de los Cazadores”, que bien se podría llamar de las cabras montesas, un camino en zip-zap formado en un pliegue de la montaña en posición vertical, el descenso más escabroso que he hecho, con el culo, bajé con el culo, un mal aterrizaje aquí es peligroso. Esta andadura está indicada para gente experta y subiendo por la Senda de los Cazadores que es bastante más segura.

Lo que sí es recomendable es hacer el regreso cruzando el puente que hay en la Cascada de Arripas, por la otra orilla del río.