viernes, 28 de octubre de 2016

UN VIAJE AL REINO DE LOS MALLOS

Los Mallos de Agüero desde Murillo de Gállego

LOS MALLOS son monolitos rojizos dibujados por capricho de la naturaleza. Agujas fantásticas que hacen cosquillas a las nubes, tan estratégicamente singulares que les valieron un reino.


Una formación geológica propia del Valle del Ebro. Se crean por la acción erosiva del agua, que desgasta, empuja y acumula sedimentos, sumado a la meteorología, el viento, el hielo... La mezcla del arrastre producido desde la noche de los tiempos, el cúmulo de piedras, el terreno arcilloso y la arena hace el resto, farallones de hasta 300 metros de altitud de cumbres achatadas.

Los Mallos de Vadiello

La palabra “mallo” proviene del latín “malleus” que significa mazo, posiblemente porque su figura lo recuerde, a mí, en ningún momento me la recordó, por la evolución de su estructura, a un mazacote sí.

                                                                                    Agüero y sus Mallos

En el Prepirineo oscense, la puerta de la llanura y la montaña, en un entorno mágico habitado por el hombre desde la más lejana antigüedad están los más fantásticos, los que esculpe el río Gállego en la Comarca de Hoya de Huesca: Los Mallos de Vadiello, Los Mallos de Agüero y Los Mallos de Riglos.



Si su figura en la lejanía es sorprendente, tal y como te acercas son más sorprendentemente verticales, parecen caídos del cielo. A sus pies, los pueblos que le dan nombre.

Riglos y sus Mallos

Hábitat idóneo de numerosas especies vegetales y animales, albergando una de las colonias más grandes de buitre leonado de Europa.


Una zona dotada de un microclima, impropio del Alto Aragón, que le permite producir vino y aceite o siendo el madroño su árbol emblema. “El alanies” es el viento matinal que suaviza temperatura, purificando el ambiente y dando un halo especial a la piedra. Aunque si hay espectáculo para los sentidos es la fusión de anaranjados del atardecer y el bermellón de la gran mole.

En las escarpadas paredes se han creado varias vías ferratas que convierte a los mallos en pasión de montañeros, amantes de la escalada que ascienden al firmamento. También, se pueden realizar varias rutas de a pie en torno a ellos y un sin fin de deportes, piraguas, descenso de barrancos…


Un paraje qué no solo tiene arquitectura natural sino también humana, destaco el Castillo de Loarre o la magistral firma de la Iglesia de Santiago de Agüero.


Templo que visto así y dicho así tan solo parece un pórtico románico hermoso, pero es la marca: el maestro de Agüero o de San Juan de la Peña, la mano de un taller que se extendió por toda la zona, desde los Claustros de los Monasterios de San Juan de la Peña y San Pedro el Viejo, a las Iglesias de Santa María la Real de Sangüesa, a toda La Comarca de las Cinco Villas. Una talla tan precisa, tan singular: Tímpanos con relieve que parece tener movimiento y que envía claramente el mensaje principal, apoyado sobre dos mochetas de animales fantásticos, salvo la excepción del viejo sabio. Escenas bíblicas y muchas escenas de la vida cotidiana, todas ellas representadas por personajes de grandes ojos, de grandes miradas... Y una bailarina oriental y unos músicos que deben haber estado de bolos por toda la región.


Todos trazados con una pericia impoluta, mi marido dice que tenía un molde. Pero son muchos más los vestigios del ayer, a cada paso encuentras la huella de su heroico pasado, rico en patrimonio, en tradiciones, en historia.

Volando al medievo y espero no liarme entre tanto rey, mi memoria últimamente está copada con los siete reinos del Juego de Tronos, corría el siglo XI cuando Sancho el Mayor, rey de Pamplona y la parte reconquistada de Aragón, testa la división de su reino en varios reinos, legando de esta manera a todos sus hijos, separando los futuros reinos de Aragón y Navarra.

En 1033 por las características geológicas de Agüero, su orografía y su situación fronteriza, Sancho el Mayor le otorga cierta independencia como bastión de defensa del Pirineo. El rey designa una persona alférez real del territorio, para tal fin, siendo varios los hombres que a lo largo de los años ostentaron el cargo.

Agüero

Cuando el rey Pedro I, nieto de Sancho, hace legado, divide sus dominios dotando a Berta de Aragón, su segunda esposa, de esta tierra: EL REINO DE LOS MALLOS.

De el origen de esta reina poco se ha podido saber, entre los pocos documentos medievales que hacen referencia a ella. Por su nombre, se cree que era de procedencia italiana.

Berta no tuvo descendencia. A la muerte de Pedro I y fallecidos con anterioridad sus dos hijos fruto de su primer matrimonio, las normas de sucesión de la época eran estrictas y la consorte de un rey solo podría seguir siendo reina durante un año, por el posible alumbramiento de un hijo del monarca difunto.

Sin embargo, pasado este tiempo Berta siguió reinando en los Mallos hasta que un buen día como apareció, desapareció, una canción popular está dedicada "a una reina que escapó con su amante".

Un enclave bello y muchas páginas dicen que es único en Europa, aunque a mí, salvando las distancias, me traen a la cabeza  Las Meteora (Grecia)Lo que sí aseguro que es un paisaje único en España y de los más recomendables de Aragón.