viernes, 17 de agosto de 2012

EL CHORRO DE NAVAFRÍA (SEGOVIA)


 “Agosto, frío rostro” es lo que dice el refranero, aunque la única forma de que cobre sentido esta frase  es pensar que al menos en algún sitio este mes estival es álgido: en un direte. Esta entrada contiene una excursión fresquita: el área recreativa de EL CHORRO DE NAVAFRÍA y el canto del agua, que tiene ese don natural de hechizarme.



Se encuentra en el Parque Natural de Guadarrama, situado en el lado norte de la sierra  en tierras castellanas, desde la N-I el desvío a la N-610 dirección Segovia.

A apenas 120 km de Madrid, cambias de clima, si te bañas ya tienes ganas y es que es muy difícil que se filtre el sol en una de las mayores manchas arbóreas de pino silvestre de Europa ¡Un lugar refrescante!


Lo más asombroso es que si se mantienen  las miles de hectáreas de masa forestal, de pinos centenarios, es gracias a que desde el principio de los tiempos los habitantes del lugar la han sabido mimar y explotar sabiamente, siendo el principal recurso económico de la comarca, su mayor tesoro.


El desvío al área recreativa está indicado y cuenta con aparcamiento, mesas, sillas, bar, piscinas naturales, barbacoas, aunque casi las omito, en el campo está bueno todo, una tortilla de patatas, unos pimientos, unos tomates… En fin: todos contra el fuego.

También tiene una zona de aventura, aprovechan algunos árboles para poner puentes de cuerda, tirolinas…  con actividades a varios niveles, para romperte la crisma, para… Jajaja, en serio, ofrecen toda la seguridad, vas con calzado adecuado de casa y ellos te ponen el casco, arneses de doble anclaje, pero no te ponen alas y no obran milagros, si tú agilidad está multiplicada por 0, no te vas a romper nada pero vas a estar más colgado que de tripi, aunque si lo que te gusta es trepar, casi volar, es muy divertido ¡¡¡Te lo pasas pipa!!!

Hay una senda de apenas 2 km. que bordea el río Cega y que esconde en una pared caliza un salto de agua de aproximadamente 30 metros de altitud, un talud rocoso donde el arroyo de El Chorro se desliza juguetón entre tramos de piedras, para caer formando una poza; una vez allí, si te apetece, puedes subir por una escalinata angosta y escurridiza de roca, con “cuidadín, cuidadín” que aquí la hostia es terrible y acceder a la parte superior para ver donde se forma y se lanza al abismo el agua, libre y decidida, creando este espectáculo de singular belleza.


Un paraje único y con estos calores ¡¡¡Verde y fresco!!! Aquí la peli del tobogán acuático natural:


Y algún enlace de la zona, que es realmente rica, no solo en naturaleza, en historia, en arte, en la arquitectura tradicional sus pueblos, en su yantar, tierra de asados, donde con la paciencia de un horno de leña a una temperatura óptima se consigue el mejor cordero y cochinillo del país, sin más esencia que sal y su propio jugo.


Y a estás horas ¡Me voy a comer!