domingo, 8 de septiembre de 2013

MONASTERIO DE PIEDRA, EL ESCONDITE DE GAIA


Siguiendo el rastro de mis pisadas y como continuación de la entrada anterior traigo al blog uno de mis sitios favoritos: EL MONASTERIO DE PIEDRA, EL ESCONDITE DE GAIA, de los rincones más bellos de la península donde existe un mimetismo especial entre la naturaleza y el arte.


Situado en el Sistema Ibérico en la población de Nuévalos, al sureste de la provincia de Zaragoza, aún recuerdo la primera vez que lo visité, toda una frondosa sorpresa, nunca hubiese imaginado semejante umbría en la árida comarca de Calatayud.

El Vergel

La extensión que comprende el parque natural rezuma frescura, es como los panes y los peces, la arboleda se multiplica: alisos, chopos, fresnos... El agua corre juguetona por todo lugar, encañonada entre muros calizos, derramándose en las praderas, entra y sale de la montaña y se precipita al vacío, creando en su esparcimiento grutas y saltos fabulosos, por donde quiera que estés el cantar es del líquido elemento.

Cuenta la leyenda que EL RÍO PIEDRA esculpe todo lo que encuentra a su paso petrificándolo, cincelando formaciones tan mágicas como la propia natura.


Lo cierto es que nace en el Señorío de Molina (Guadalajara), sin caudal alguno, casi seco. Cuando pasa a la Comunidad de Aragón se le unen varios manantiales y resurge tomando cauce. Sus aguas tiene una abundante condensación de carbonato cálcico, desde que emana lo va acumulando a su curso sobre el fondo, en la arena, en las plantas, en la roca… Produciendo una corteza de cal, que, con el paso del tiempo y el depósito de sedimentos, crece y crece ¡Petrifica!

Los Vadillos

El área protegida está debidamente indicada y habilitada, distintos caminos te conducen a todos sus trazos, incluso indican alguna dirección prohibida, no tiene perdida, en un par de horas se realiza el recorrido. Cuando accedes te facilitan un mapa y a la vista es como si se tratase de un parque de atracciones acuáticas diseñado por el más caprichoso de los arquitectos.


Lo asombroso es que es tal cual al dibujo del plano a lo grande y que poco ha tenido que ver la mano del hombre en las maravillas que atesora.

 Gruta de la Bacante

Un paisaje kárstico con numerosos desniveles que facilita todo tipo de formaciones geológicas, al que se une la fantasía del agua, forman un conjunto de cascadas que solo tienen de parecido el nombre genérico ¡Son tantas y tan diferentes!


La más popular “La Cola de Caballo”, la más alta, de 50 metros de altura y además la descubres por fuera:


Y por dentro, accediendo desde lo más íntimo de la montaña, desde sus vísceras: la “Gruta Irís”.


A través de unos túneles, debidamente adaptados, se accede a la cueva, la más bruja de todas las que la comprenden el conjunto, un mirador donde disfrutar del agua en su máximo esplendor, por su abertura se contempla un tramo de Cola de Caballo que se lanza desde el “tejado” y tan solo salpica “la entrada”. Dentro siempre llueve, su techo poroso filtra el agua y su interior está surcado por el río, una casa con goteras que ante mis ojos, por un breve espacio de tiempo, se me hace la más bonita de las guaridas, descubierta por:


Otra de las más significativas es “La Caprichosa” que se derrama limpia en “Los baños de Diana” y visto de aquí ¡Qué buenas duchas se da la diosa!


Tan variadas que no sabría con cual quedarme… Todas y más: CASCADAS

Lo mejor es ir y perderse en sus adentros, en sus aguas cristalinas, que en algunos tramos, como consecuencia del cúmulo de estratos, te reflejas en la piedra producida en la base del río resultando el efecto de un espejo.

Lago del Espejo

Y Olvidaba un detallito, como reza en la foto del cartel, aquí se fundó la primera piscifactoría de España y que a fecha de hoy sigue activa.


Me meto en materia, EL MONASTERIO DE SANTA MARÍA DE PIEDRA fue erigido a finales del siglo XII por una pequeña comunidad del Císter, doce monjes y su abad, procedentes del priorato de Poblet, encontraron la paz en las verdes explanadas al resguardo del parapeto de la garganta. Un lugar ideal para la repoblación tras la conquista del territorio por parte de la Corona de Aragón a los musulmanes.


Una edificación en perfecta armonía con el entorno, endógena a la tierra, con el sello que la Orden Cisterciense acuña a su obra, la sencillez y la luz que trasmiten la sensación de serenidad, tanto se integra en el dominio que su cantera original es el antiguo castillo islámico que allí se hallaba, la vestusta piedra rugosa conforma la primitiva abadía de estilo románico tardío, que a pesar de encontrarse a cielo abierto, sus muros son libros que tienen mucho que contar... Desde su ocupación durante la Guerra de la Independencia al incendió del que hoy queda su negra sombra.


Construido en periodo de transición artístico siendo más destacable en la obra inicial el gótico, su Claustro de arcos ojivales sin apenas detalle es sublime y la Sala Capitular, su luminosidad que te envuelve en un aura celestial, es una joya.


Como toda obra de semejantes dimensiones se ha ampliado y modificado en distintas etapas de la historia, dejando cada una de ellas su particular huella.

Lo más de lo más y es que me hacen los ojos chiribitas cuando pienso en este manjar alimento de dioses ¡¡¡Chocolate!!! En sus cocinas se elaboró por primera vez en Europa, traído de Las Indias, desde el recién descubierto Méjico, el chocolate ¡¡¡Ummmmm!!! El monje sin duda tenía mano de Santo.

También se dedicaban a la elaboración de vino y en la actualidad hay sendos museos dedicado a estos productos en las dependencias monasticas.


Permaneció habitado durante 700 años, con la desamortización de Mendizabal los monjes lo abandonaron, siendo subastado y comprado por un particular Pablo Muntadas en 1840 y fue su hijo quien tras investigar la zona, desarrolló y puso en práctica la idea de la adecuación y desarrollo de los recursos naturales y artísticos que en este enclave convergen.

En la actualidad, parte del monasterio es un hotel-spa, donde me gustaría dormir un día por aquello de probar una celda monacal jaja. Otra parte se puede visitar por libre o con guía, creo recordar que la visita guiada es de 20 minutos.


Está acondicionado con todo tipo de instalaciones para pasar un día de ensueño, una tienda de recuerdos donde hay un chocolate, como no podía ser de otra forma ¡Excepcional! Un merendero y dos restaurantes, uno más chic, en el propio cenobio y otro más de andar por casa, pero ambos disponen de una carta y de un menú asequible cuyo plato estrella, cómo no podía ser de otra forma, es la trucha, con lo sosos que son la mayoría de peces de río, las truchas más sabrosas, las de Nuévalos y su entorno.

Esta vez me he enrollado cuando lo tenía bien fácil hay una web con todo lo relacionado al Monasterio de Piedra, en ella podéis consultar toda la información que necesites para la visita y comprar las entradas vía internet para evitar las colas que se forman, los días festivos sobre todo, en el punto de venta.


Aprovechando la visita no dejéis de ir a Zaragoza regada por un río mucho más caudaloso ¡Ahí va el Ebrooo!

QUE VER EN ZARAGOZA

Y ¡Eso es todo amigos!