Traigo al blog LA CASCADA DE PEÑALADROS, una pincelada azul
y verde situada en tierras del norte de Burgos, en las Merindades, en la vertiente que limita con Álava y
Vizcaya. Un paraje de singular belleza al abrigo de la Sierra Salvada,
rodeado de farallones, de paredes de roca y de una frondosa arboleda, una
exuberante vegetación que si me apuro, en otoño lo es más.
Se accede a ella desde el pueblo de “Cozuela de Peñaladros”, está muy cerca, no
tiene pérdida ni requiere andar, coges las pista señalizada y abres la ventana
del coche, a unos 500 metros el canto del líquido elemento te anuncia que has
llegado, aparcas y te asomas, que es lo que más me sorprende de este sitio, como
un secreto escondido, el río San Miguel se precipita al vacío profundo en un
salto de unos 20 metros, aunque hay quien dice 30, y a su caída crea un pozo de
aguas cristalinas, al que se puede bajar por el otro lado del río.