Existe un rinconcito en Euskadi donde las lamias te
acompañan a cada paso, un paraje embrujado, rebosante de belleza natural, donde
proliferan los mitos que trasmiten generación tras generación las gentes del
lugar. La sabiduría popular dogma que aquí habitan gran parte de los genios de la rica mitología vasca.
LA CUEVA DE BALZOLA/BALTZOLA se encuentra en “El Parque
Natural de Urkiola” (Álava), cercana a la aldea de DIMA donde se daban cita las sorginat para
celebrar lúdicos aquelarres.
Se accede a ella a través de un camino corto, de apenas 2
km, que parte del caserío de Zamakona (Indusi).
Se dice, se rumorea, se comenta, que es la morada de Sugaar,
un ser que vive en la profundidad de las cavernas, conocido como Sugar, Maju…
Dependiendo del sitio tiene un nombre u otro. Se presenta de múltiples formas,
como serpiente, dragón, ave o humano; consorte de Mari, la diosa más
representada por estas tierras y que vela a su amado desde la cima del Anboto.
Un paseo a la vera del río te conduce a esta guarida o
¿Palacio? Un paisaje así hace que vuele la imaginación, es de fábula, se cuenta
que esta senda fue trazada por los Jentiles, que dejaron prueba de su proeza en
forma de un gigantesco arco de roca natural, uno de los numerosos caprichos de
piedra que encuentras en el trayecto, cuyo nombre es “Puente de los Gentiles”.
Para acceder al interior, la entrada que salta a la vista
tiene difícil acceso, que no imposible, siguiendo el camino hay otra que es
bastante mejor, desde aquí se entra y se puede dar una vueltecita con una
linterna, claro.
Nuestra experiencia es que el sol, deidad superior donde las haya, hizo
acto de presencia durante la marcha y justo cuando entramos, la lluvia clara
parecía una cortina en la abertura de la cueva, hicimos tiempo y cuando
salimos, como por arte de magia, el astro rey volvió a sonreír.
Me voy a parar un poco en unos personajes de lo más
simpaticones Los jentiles, seres grandes y peludos, que jugaban a lanzar
piedras siendo grandes constructores, a ellos se les atribuye la creación de
dólmenes, puentes y grutas. Hay una teoría que dice que los gentiles son los
propios vascos antes del cristianismo, un pueblo duro y que moraba en las
montañas. Dicen que el único que se salvó tras la llegada de Cristo se
convirtió a esta religión y se llama Olentzero y es el encargado de llevar los regalos
de los niños en Navidad.
Un hábitat montañoso, verde y húmedo, con una población rural
que goza de cierto aislamiento, ha favorecido que sea un lugar espiritual
desde la prehistoria a nuestros días. Por Urkiola entró la cristiandad en
Vizcaya, una de las principales vías de comunicación entre el Cantábrico y la
Meseta.
Una comarca que al igual que es rica en ídolos paganos, seres cercanos y con
bastante de humano, aunque algunos los consideran demonios… También es rica en
ermitas, iglesias y demás sitios de culto todo un ying-yang místico y la verdad
que ante semejante espectáculo de la naturaleza tiene más cabida lo divino que
lo humano y allá creencias… ;D