A estas alturas del año y empezando el tan ansiado verano,
para algunos, con un calorcito soberano y desde el foro, que mi Madrid cosmopolita
es pero lo que es fresquito ¡Bufffff! No me extraña que en plena crisis estén
los Centros Comerciales hasta la bandera... En estas fechas mi cabecita
sudorosa, ante lo mal que lleva “la caló”, piensa que la cuenta atrás a comenzado
y que pronto volveré al reino azul de Neptuno y ¡Sonrío!
Mirando al mar, como un rugido del averno, me ha venido a la
memoria un lugar de Portugal: “BOCA DO INFERNO”, cuya traducción al español es
obvia, un rinconcito muy conocido por los amantes del surf de toda Lusitania
que aprovechan el bravo océano y las playas colindantes para practicar este
deporte.
Un paraje que cautiva la vista y el oído ¡Un deleite de los sentidos! Las grandes olas
golpeando la pared rocosa desgastada por el paso de los años… de los siglos que
la hacen más grandiosa y el sonido que producen, en los días de temporal es de
lo más heavy y además tiene ese don naranja y misterioso, su hora bruja es de
las más bellas de la península.
Un acantilado de roca
carbonada y la fuerza del agua han producido un conjunto de formaciones tan
caprichosas como la propia naturaleza, la más popular UNA GRUTA cincelada al
golpe del mar, que a veces la embiste con tal fuerza que parece aullar, en la
actualidad tiene forma de arco aunque en otro tiempo fue una cueva.
No voy a entrar en la leyenda negra que envuelve el sitio,
basada, por llamarlo de alguna forma, en la sugestión del ocaso. Situada en el
parque natural en Cascais-Sintra, las numerosas playas de la villa de Cascais son
el Benidorm de los lisboetas, entre ellas, la de GUINCHO ¡Preciosa!
Un término cercano a la capital que los fines
de semana se convierte en un escape de la misma, su dorada arena, se cubre de gentes de la
ciudad que van a disfrutar de su tiempo de ocio.
Solo me queda añadir, lástima que no tenga el mar tan cerca
¡¡¡Me quiero bañar en agua salada!!!