EL ATOMIUM es una megaconstrucción creada
con motivo de la Exposición Universal de 1958, sin más fin que permanecer
durante el periodo de su celebración, pero sorprendió de tal manera, que al
igual que la Torre Eiffel, alzada en distinto año para el mismo evento, se le
indultó convirtiéndose en el emblema más titánico de Bruselas.
Lo
componen 9 esferas de 18 metros de diámetro suspendidas en el aire en perfecta simetría, enlazadas entre sí a través de tubos de acero, alcanza los 102 metros de altura y es visible desde
cualquier punto elevado de la ciudad, por cierto los puntos elevados son muy,
pero que muy escasos.
Vista de Bruselas desde el Palacio de Justicia
Representa un arquetipo de átomos de
hierro ampliado 165000 millones de veces, un espejo de aumento que transforma
una molécula imperceptible en un gigante de la arquitectura moderna.
En origen las bolas se realizaron en
hierro, como no podía ser de otro modo siendo el elemento que se reproducía,
pero con el tiempo estaban totalmente oxidadas, con un aspecto bastante
decadente, ya, entrado el siglo XXI se revistieron a aluminio, dándole una
imagen mucho más luminosa y por la noche si cabe más:
Nosotros no pasamos a su interior pero 6
esferas se pueden visitar, la situada en la parte superior es un restaurante
con vistas, al que se accede en ascensor, otra está dedicada a la Expo-58, otra
a los niños y el resto, a exposiciones itinerantes, un entramado de escaleras
comunica a todas ellas.
Las otras 3 que quedan son mucho más
importantes: los pilares de la estructura, las que la sujeta y mantiene en
equilibrio.
Aprovecho para dar un paseo por Bruselas,
que por “ser quien es” la imaginaba más puntera, sin embargo, lo primero que me
llamo la atención al tomar tierra fue su pavimento irregular, según me cuentan
se debe a las características del terreno, Los Países Bajos es territorio ganado al mar y su piso no es del todo firme, una consecuencia de esto es que no se puede cimentar de forma definitiva, el
caso es que los adoquines están sobrepuestos, sacados, metidos… Como para ir
con tacón de aguja.
Capital
y unión del país, más aún que europea. Me explico, la extensión de
Bélgica es aproximadamente la de Galicia, por poner un ejemplo, un paisaje
verde y fértil y totalmente carente de montañas.
Está dividido en tres regiones, dos
fundamentalmente, la del sur donde se habla francés y la del norte donde se habla
neerlandés y Bruselas, donde se habla lo que le echen, los dos idiomas son oficiales y además en algunas poblaciones del este se habla alemán. Las dos primeras zonas son tan diferentes que no sólo
el idioma les separa, la legislación, educación... Todo es distinto. Tanto es
así que en muchos momentos de la historia se ha planteado su separación pero
¿Quién se queda con Bruselas? Que se entiende con todos y donde por su posición privilegiada se
encuentran algunos de los órganos más representativos de Europa, la sede del
Parlamento Europeo ¡Todo un filón!
Plaza de España
La política es lo que tiene genera
pingües ingresos y extrañas alianzas, por cierto, es la urbe más cara que he
tenido el gusto de visitar, ríase Paris, Londres y Roma, aquí los precios están
hechos para los sueldos de los eurodiputados, debe ser.
El transporte público también es bastante
costoso, aunque los sábados y domingo tienen mitad de precio y son un tanto
caóticos, la misma vía del tren sirve para varios trayectos lo que resulta un
poquito lioso, a su favor, la frecuencia es bastante óptima y en un breve
espacio de tiempo se puede ir a Gante, Brujas, Ámsterdam... Todo está bien
comunicado. También tienen 3 líneas de metro y los pintorescos tranvías.
Grand Place
Para visitar el casco antiguo se puede
hacer perfectamente andando, las bombonerias están por todo lugar y seducen la
vista además del paladar. La Grand Place es preciosa y sus callejuelas dan paso
a un sin fin de cervecerías, pastelerías, restaurantes... Y al “Manneken Pis”, una
fuente, un niño con carita dulce que echa su meada alegremente, sin
pudor, rodeado de un sinfín de leyendas, el otro símbolo del lugar, aunque en este caso
¡Bastante más pequeño!
Con más o menos tino también tiene su
versión femenina que lejos de la naturalidad del niño le faltan las orejas de
punta para para un duende:
Una costumbre que me gustó mucho de los
belgas es, que debido a que en invierno los días son muy cortos, ven llegar la
primavera y ven la luz, las plazas se ocupan por distintos motivos, festivales,
fiestas, mercadillos… El día que llegamos, sábado, tocaba una de zombis y
andaban de lo más entregados, hasta el meón se unió y posaba de esta guisa:
En el mes de abril son varios los días
que disfrazan a la pobre criatura: de payaso, sordadito, etc.
El chocolate, como estar en este país y
no hacer alusión al chocolate considerado el mejor del mundo ¡Ummmm!, son
muchas las marcas que muestran sus mejores artículos y a cual más bueno, los
envoltorios de papel plata de colorines, los numerosos escaparates son una delicatesen.
Aunque no soy amiga de hacer publicidad y doy fe que todos los chocolates que
probé están exquisitos, por aquello de que los ranking existen, “Godiva” es la
marca que ostenta el top one y como la economía está escasa, en la parada de
metro “Simonis Leopold” está la fábrica de Godiva y al lado, por gentileza de
la casa, han puesto un outlet donde se ofrece el mismo producto a mucho mejor
precio.
Los gofres, que lejos de tener todos el
mismo sabor en cada región la masa tiene un toque diferente, los mejillones, que los sirven en ollas o cubos y los preparan de muchas formas, aunque en este caso donde esté el gallego... Y que decir la cerveza, más ¡Ummmm!
Vi a un montón de gente haciéndose la
foto sujetando el molde de madera donde se posa el vaso a modo de asa y nada más
lejos de su uso. La cerveza se remonta a la noche de los tiempos, al pueblo
celta, y se bebe de forma tradicional siendo todo un ritual donde se sirve, muy
importante cuando se va a caballo, no se trataba únicamente de tomarse unas
birras sentados, sino de portearla a galope, el recipiente es primordial, su
forma está concebida para no derramar gota, ah, y el armatoste donde se pone no
es un asa sino una pieza para acoplar el vaso al caballo.
En la actualidad, aunque ya no tenga el
mismo sentido, esta costumbre se mantiene más de moda que nunca sin que haya
marca que se precie y no tenga su vaso con su propia firma, hasta el punto, que
el tercer suvernirs más requerido del lugar es el vaso de la cerveza “Deliriums
Tremens” y su elefante rosa ¡Toda la vida buscándolo y ahí está, tan
quietecito! Tal es la demanda de este artículo que no ganaban para él y en la
cervecería ya sirven con vaso “normal”.
Podría seguir contando y contando pero para una entrada ya me he enrollado mucho así que ¡Eso es todo amigos! O seguiré contando!!!