Érase una vez las Iglesias del Serrablo, palabra antigua que
desde el medievo sirve para asignar el vasto territorio de Huesca comprendido
entre Gavín y Aínsa y érase una vez el origen, que como todo origen es del
todo incierto.
Un grupo de 17 templos erigidos entre los siglos X y XI, similares
entre sí y distintos de todos los demás, un estilo único que solo está presente en esta
comarca, conocido también con el nombre de “El Círculo Larredense” por ser “San Pedro de
Lárrede” su máximo exponente, aunque para mí… Iré desarrollando los puntos
suspensivos.
San Pedro de Lárrede
Por la peculiaridad de encontrarse todas ellas en apenas una
veintena de kilómetros en torno a el río Gállego se denomina a su estilo “Románico del Gállego”, cercanas a
las grandes poblaciones de Sabiñánigo y Biescas en un entorno naturalmente fantástico.
Fueron redescubiertas a principios del siglo XX y desde entonces su
fábrica ha suscitado un sinfín de dimes y diretes: ¿Mozárabe o Románico
Lombardo? Y me viene al coco LA
MARCA HISPÁNICA.
Una asociación con el nombre de AMIGOS DE SERRABLO ha conseguido
despertarlas de su sueño, logrando que se las declare monumentos de interés
histórico-artístico; ellos defienden la teoría que son templos del primer
románico que se conoció en la península con componentes de la arquitectura
musulmana, también se encargan de la restauración de estos tesoros, que en
algún caso, estaba en estado lamentable, incluso algún listo quería llevarse la
ventana de “San Juan de Busa” a su chalet, nada más y nada menos que tres arcos
de herradura con su marco, cuyo valor es incalculable… Siguiendo los puntos
suspensivos, para mí, Busa es la más especial, rodeada de montañas en lo que en otro tiempo fue una aldea medieval, señero y cuya torre nunca emergió dándole
la apariencia de la quilla de un barco varado en soledad...
Es tan insólita como misteriosa y en su puerta reza “la ilaha illa Allah”, que a cristiano no suena y que significa “no hay otro dios que dios”.
Es tan insólita como misteriosa y en su puerta reza “la ilaha illa Allah”, que a cristiano no suena y que significa “no hay otro dios que dios”.
Construcciones sólidas y sencillas, tanto, que mi hijo de 10
años en una me dijo que si íbamos a ver una casa, con tejados a dos aguas y sin
apenas ornamentación, destaca más su arquitectura que su escultura.
Eremitorios de planta rectangular de apenas unos metros,
pequeños, de los que salta a la vista sus grandiosos campanarios, torres esbeltas
que se elevan al cielo desproporcionadas con el resto de la obra. A mí,
salvando la distancia, alguna me recuerda a las iglesias del Valle
de Bohi a otros le evoca los minaretes de las antiguas mezquitas.
Características de estos templos es el ábside semicircular,
decorado con arcos ciegos que se apoyan en lesenas, en este rasgo el estilo
carolingio se impone y la más singular, el friso de baquetones verticales que
coronan a todos ellos, marca distintiva
de este enclave.
Sin embargo o en contra, otra de las peculiaridades del
conjunto son las ventanas, de dos o tres arcos de herradura, habitualmente en
alfiz, típicas de la arquitectura andalusí.
(…) Más puntos suspensivos, el más antiguo de toda la
colección es "San Bartolomé de Gavín", también se encuentra solitario en una
extensa pradera y tras de él una frondosa arboleda, de la que sobresalen los pinos, aquí también existió una
población de la que hoy nada queda, es tan primitiva que en este caso los arcos
no van enmarcados, un lugar tan idílico que me encandiló.
Alguno de los símbolos de su atalaya, geométricos y sencillos, me recordaron a la cultura celta, incluso como estoy tan volá me vino al coco el círculo del horóscopo celta, por aquello de que son 13 los árboles que lo representan, como las fracciones…
Alguno de los símbolos de su atalaya, geométricos y sencillos, me recordaron a la cultura celta, incluso como estoy tan volá me vino al coco el círculo del horóscopo celta, por aquello de que son 13 los árboles que lo representan, como las fracciones…
La historia dice, en un resumen muy resumido, que la zona
del Gállego, de difícil acceso, tras la caída del reino visigodo estuvo bajo el
dominio musulmán, nada se sabe sobre si se les permitía mantener cualquier otra
liturgia. Tras la conquista cristiana, recibió una nueva oleada de pobladores
de ideología mozárabe y posiblemente por su peculiar aislamiento el rito
musulmán se practicó hasta bien entrado el siglo X.
Lo único que me queda claro, tras todos los enigmas
que ocultan las noches de los tiempos, es que sea cual fuere su proceder ¡Son bellísimas! He hecho un pequeño vídeo donde están algunas de las que son, por cuestión de tiempo y las fotos tienen que ver con la lluvia limpia que nos acompañó durante toda la aventura.