Esta aventura se podría titular: “Buscando la pista de LA PIEDRA ESCRITA” y es que esta ruta de apenas 1 km. se presentó como un juego de niños; no hay ningún camino definido, ni ninguna señal que indique donde está y a la hora de pedir información sobre su situación vía web siempre es demasiado precisa, las coordenadas exactas en un mapa que no guia los pasos y si preguntas en el pueblo ¡Ni os cuento! Incorporamos una palabra nueva a nuestro vocabulario: "anchurón". El caso que un día que andaba ociosa por la red me tropecé con el blog RUTAS ARQUEOLÓGICAS POR NAVARRA y tuvimos la suerte que alguna vez no delimita sus propias lindes, aquí encontré unas señales tan exactas que hice una foto, por aquello de que el campo y la cobertura no funcionan bien a la par, de este párrafo:
De una forma sencilla nos indica el trayecto a seguir jugando a descubrir vides, olivos y algún arbolito más, tan solo con la indicación de donde dejar el coche (ahí añadiría antes de una curva cerrada tras la que empieza la provincia de Toledo ¡Cambio de comunidad!) la distancia al viñedo, la observación de que hay que cruzarlo y la piedra que está a la derecha entre una higuera, un enebro y una encina, nos fue suficiente para encontrarla ¡Gaia guió nuestras pisadas!
Situada a apenas 4 km. de CENICIENTOS (MADRID) un pueblo que su nombre podría deberse a la cantidad de piedra de granito que hay en su entorno o derivar de la palabra “ceniza” por su gris aspecto, paseando por su alrededor encuentras formaciones petreas de lo más curiosas, moles de roca, de hecho, hay varias canteras en esta zona.
“La Piedra escrita” es un megalito de granito, una piedra nacedera que brota de la tierra en este mismo lugar, de unos 4 metros de diámetro y unos 5 metros de alto. Monumento de origen romano del que apenas existen referencias escritas, erigido en un entorno natural sagrado, el obelisco en sí es todo un misterio de belleza rupestre. Se trata de un eremitorio en la roca del siglo II, tallado en honor a la Diosa Diana.
Nuestro Metro personal mide 1,78
En la parte central del monotito hay un relieve donde se distinguen a la perfección 3 personas togadas y bajo estas, parece que había algún animal, en algún momento de su larga historia se cree que alguien raspó las figuras y en la actualidad nada más se puede discernir que hubo algo, aquí hago un apunte, hay quien asegura que la parte de abajo se talló antes y se trataba de un berraco, relacionándolo directamente con la cultura Celta, no hay que olvidar que cerca de aquí se encuentran los famosos “Toros de Guisando”.
Existía una inscripción de origen medieval de dos líneas, en la primera parece que ponía: consagro el monumento y en la segunda: Diana, se cree que fue esculpido como ofrenda por un devoto, posiblemente por encargo del dueño del lugar.
Fue cristianizado una vez los católicos tomaron el poder y el epitafio se modifico dedicándose a “Las 3 Marías” al parecer, a la religión emergente en aquella época las 3 personas que están grabadas les recordaba el nuevo testamento.
Y lo peor de lo peor y esto es alucinante, a fecha de hoy existe un tachón de inscripción, al parecer el dueño del terrero, para evitar las visitas, el muy cenutrio, simplemente la ha destrozado… Sinceramente, su acción es para denunciarla a patrimonio nacional.
En los alrededores de este lugar de culto se ha encontrado una necrópolis visigoda, varias tumbas antropomorfas dispersas en sus inmediaciones y que en algún caso es utilizada como abrevadero para el ganado, esto señala, la importancia de este rincón en otra época relacionando el origen del pueblo de Cenicientos directamente con la Piedra escrita.
Un paraje embrujado, con un encanto rústico especial, rodeado de historia y misterio y además tiene el don de ser la zona menos explotada con creces de la maravillosa Sierra de Gredos, creo que es debido a que a pesar de que los arroyos fluyen y el agua está presente, es la más seca, aquí no hay caudal para formar piscinas naturales, eso sí, quien viene ¡Repite!