Misericordia 17: Diablo de figura semi-humana trotando sobre camello. El mal a lomos de la humildad.
Para cantar a TOLEDO no hace falta ser toledana, ciudad imperial, la de las tres culturas, levantada en alto, en la cima de un altozano al abrazo del río, del Torno del Tajo.
LA CATEDRAL DE SANTA MARÍA, según consta en la inscripción
aparecida en el Claustro, se remonta al reinado de Recadero, después, en la
España musulmana fue mezquita.
En el siglo XI Toledo fue tomada por Alfonso VI prometiendo
tolerancia con las creencias de los pueblos conquistados. No contó con su mujer
Constanza y el obispo Bernard de Sedirac, ambos de origen francés que, pese al
enfado posterior del rey, aprovecharon una ausencia del mismo para usurpar la
mezquita y consagrarla al rito católico.
Estoy acordándome de una serie de televisión “Al final del
Camino”, la emitieron a primeros de este año, una mezcla de realidad y ficción
donde se plasma la construcción de la Catedral de Santiago y la vida de Alfonso
VI y Constanza en la capital del reino visigodo.
De esos tiempos de gloria ni rastro queda, la catedral que
llega a nuestros días es gótica, una construcción fantástica, alta, de naves
inmensas y bellas vidrieras, pompa y
luz, la segunda más grande de España.
El gótico es el último eslabón de la Edad Media, una época
inestable, enraizada en los hábitos ya existentes y suspicaz con su presente. Sus representaciones tienen algo de profano y de divino, mezclando las
dos facetas: costumbre y religión.
En la nave central del templo se encuentra su Coro, separado
del altar por una nave de crucero. En lenguaje de niños: está en el cuerpo, bajo los brazos y la cabeza de la iglesia.
Su Coro Alto ha sido modificado en alguna ocasión, compuesto
de esculturas de alabastro de Berruguete y Vigarny.
Desde la reja de acceso, a la izquierda las del escultor
español, los claroscuros los carga de fuerza y de vida, a la derecha, las del escultor francés,
armónicas, perfectas pero bastante más frías.
La sillería del CORO BAJO es la
joya de la corona, conservando la fábrica original tardo gótica, cincuenta
sitiales cuyos respaldos, brazales y misericordias son un manifiesto iconográfico.
En España solo hay dos sillerías más de esta valía y de este periodo, las de los coros de la Catedral de Plasencia y la de Ciudad
Rodrigo. Las tres son obras del mismo maestro, que hizo un despliegue de
fantasía ilimitada en cada una de ellas.
En mi última visita a la Catedral me he entretenido en una curiosidad que
despertó en mí Eugenio Alarza Campo, gracias a
él tengo el mapa de situación y consigo colocar cada talla en su debido sitio,
pudiendo numerarlas y facilitándome su comprensión. Tras dos horas haciendo
fotos ¡Una locura! Su publicación me ha sido de inestimable ayuda.
En su honor voy a coger la definición de la R.A.E.
En su honor voy a coger la definición de la R.A.E.
MISERICORDIA:
Del lat. misericordia.
1. f. Virtud que inclina el ánimo a compadecerse de los
sufrimientos y miserias ajenos.
2. f. Pieza en los asientos de los coros de las iglesias para descansar
disimuladamente, medio sentado sobre ella, cuando se debe estar en pie.
3. f. Puñal con que solían ir armados los caballeros de la
Edad Media para dar el golpe de gracia al enemigo.
4. f. Rel. Atributo de Dios, en cuya virtud perdona los
pecados y miserias de sus criaturas.
5. f. p. us. Porción pequeña de alguna cosa, como la que
suele darse de caridad o limosna.
La primera acepción no está mal, pero prefiero amor a
misericordia. Me quedo con la segunda, ese asiento donde plantar el culete en
las largas horas de liturgia. Bajo ellas, hay tallas que solo eran visibles
para los asistentes al coro y que no consigo ver su sentido práctico, sí el
didáctico.
Este vídeo contiene 49 de las 50 representaciones que se
encuentran bajo las misericordias toledanas, ordenadas de acuerdo al mapa del
coro, empezando por el sitio nº 1 y acabando por el nº 50, acompañadas de la
magia del violín de Lindsey Stirling con el tema “River flows in you”, el río
fluye en ti.
Con una temática de los más diversa: mitología, bestiario,
refranes, tradiciones, leyendas, erotismo… Plasmadas con todo lujo de detalles,
sin limitarse a la Ley de Dios o a los pecados, sino también, exponiendo las
faltas y virtudes de la convivencia diaria, vicios y pudores reflejados de
forma clara, incluso escatológica.
Entre los oficios que se representan:
Aunque la más representada es la de hilandera, hasta los
cerdos hilan. Refrán medieval: "vase mi madre, puta sea quien más filare" o en "La Celestina" que se refiere a hilar como a la profesión activa más
antigua del mundo: puta.
Cincelando en la madera juegos prohibidos en la época, como
los naipes y todo tipo de juegos carnales, la lujuria brilla en todas sus
vertientes, en baños públicos mixtos que favorecían la lascivia o a través de
temas como la de Phipis cabalgando sobre Aristóteles.
* La mujer que monta sobre el joven y la cortesana a la que paga el fraile llevan un huso en la mano.
Entre cerdos, camellos, monos, gallos, gallinas, lechuzas,
caballos, zorros, osos y serpientes… Castor, sirenas, tritones, dragones,
unicornios y todo tipo de bicho apenas identificable.
Contiendas entre hombres salvajes, cubiertos de pelo, con
hombres de piel desnuda, el hombre corrompido y el hombre puro, entre frailes y
demonios, dragones y leones, el eterno dilema entre el bien y el mal.
Junto a la sabiduría de los dichos populares ¡50 maravillas!
Los tableros de los respaldos narran gestas de los Reyes
Católicos a los musulmanes hasta la conquista de Granada a Boabdil el Chico.
Desde el acceso al recinto, a la derecha pueblos de Málaga, a la izquierda los
de Almería, en frente, Granada.
Perfilado al milímetro lanzas, ballestas, flechas, ejércitos
enteros y torres y en cada torre, el nombre de la ciudad vencida. Sin
cronología, no son exactamente las campañas de la guerra a Al-Ándalus sino
arquetipos de las mismas.
Para terminar y aunque no verá esta entrada, quiero
agradecer de una forma muy especial al señor mayor que me abordó cuando hacía
fotografías y me acompañó durante gran parte de la visita, explicándome detalles como el
del escudo de armas de la catedral. Resultó ser un jubilado cuyo trabajo fue guía
de la catedral, a veces la suerte está de cara, mi cicerone fue un guardián del
templo y bien pensado ¡Le tenía que haber invitado a una fresca! Hubiera aprovechado bien el tiempo.