Mi recuerdo de este viaje es un mar sereno besando las rocas, un sol de invierno que sí calentaba y un cielo azul.
Hablo
de ASTURIAS y las verdes praderas que la cubren, de la hierba fresca perenne como la lluvia que la acompaña todas las estaciones del año.
Hablo del Cantábrico, bravo y profundo, de mil azules, abundante y desconocido,
puerta de temporales del norte, de grandes y fuertes olas que dibujan una costa
fantástica, con acantilados abisales, donde mirar abajo en algún caso provoca
vértigo.
Un
paraíso natural donde el agua es arte y parte y puedo añadir: ¡A veces la
suerte está de cara! Este vídeo es un breve vuelo por el litoral asturiano con
el tiempo a favor.
Por sus pueblos de pescadores posados en las laderas, de estrechas y empinadas callejuelas y casas colgadas de colores que se
asoman como farolas al mar.
Hay
algunos que son anfiteatros urbanos que rodean la montaña adaptándose al
terreno como un guante. La forma en que están cimentados es el conjuro
protector a la cólera de Poseidón.
Es un placer sobre las doce de la mañana, la hora del vermú, bajar a
cualquier bar de cualquiera de los puertos y disfrutar del aperitivo, de los
bígaros, de las navajas… del mar a la mesa.
Entre
las villas marineras hay tres, que no sólo son de los pueblos más bonitos
astures, sino también, están considerados de los pueblos más bonitos de España:
CUDILLERO, TAZONES Y LASTRES.
POR SUS
PLAYAS, que son una delicia para los sentidos y para los amantes de los
deportes acuáticos ni os cuento.
Entre
ellas destaco la que dicen es la más pequeña del mundo, lo que sí aseguro es
que es la única que conozco situada tierra adentro, por raro que parece desde
su orilla no se ve la línea del horizonte que separa el mar y el cielo: LA
PLAYA DE GULPIYURI.
Un Cantábrico salvaje golpea como martillo el acantilado calizo, abriéndose paso dentro de
él, formando en su interior una cueva cuyo fondo se ha desplomado, dando lugar
a este capricho de la naturaleza de arena fina y dorada. Este tipo de depresión
circular del terreno que se conoce como "torca"
Se
accede a ella andando, en un corto camino que sale del municipio de Naves
(Llanes).
POR EL
CABO DE PEÑAS, la coordenada más septentrional del Principado y de sus enclaves más pintorescos,
una seña de identidad. Un precipicio de más de 100 metros de
profundidad donde sacar la cabeza más que vértigo da yu-yu.
De los
lugares más mágicos de nuestra geografía, parque natural, desde su ubicación se puede divisar gran parte del litoral asturiano, incluso, los Picos de Europa. Su faro luce desde mediados del siglo XIX, con anterioridad, en este punto tan escabroso, para evitar los numerosos naufragios, se encendían
hogueras en la noche para indicar el camino seguro a casa a los marineros.Asturias es una ventana a la España Verde, comunidad histórica, la más montañosa de la Península y la que cuenta con más espacios naturales protegidos. En esta entrada no voy a enrollarme más, poco a poco, como poco a poco se descubre este vergel tocado en tierra y mar por la varita de Gaia.