San Pedro de Beluntza
Hablar de Euskadi es hablar de una tierra fértil y verde, de
frondosos bosques y suaves valles, con un horizonte que se perfila como una
pintura viva. Desde sus cumbres cuando oteas el horizonte dan ganas de echar a
volar ¡No hay creador mejor que la propia naturaleza! Solo sus manos pueden
perfilar un lugar tan bello.
Nuestro viaje a Álava nos ha fascinado, hemos disfrutado de
sus hayedos, cuevas y cascadas, no en vano la mayor parte de su territorio está
considerado parque natural, pero sin duda nos ha sorprendido la cantidad de
vestigios medievales que aquí abundan, a unos más gratamente que a otros, por
aquello del gusto.
Soy una gran amiga de la Edad Media, estampada por todos los
sucesos que en esta época acaecieron, un tiempo de grandes migraciones y
grandes invasiones que marca el inicio de la cristiandad en occidente.
Especialmente me encanta el románico, a través de las
figuras, de las formas, acercaba a un pueblo que no conocía la palabra escrita,
de una forma sencilla y sabia, una teoría desconocida, una obra que cuanto más
expresiva, más se implegnaba con la plebe, pasando, como por arte de magia, a
formar parte de su vida diaria, vigorizando una religión que una vez se instaló
en el poder, humano que no divino, desprecio todo lo anterior a su cúspide
catalogándolo de bárbaro.
Bárbaro o Natural - Canecillo de San Vicence Mártil (Miñano Menor)
Allá por el siglo XI el Camino de Santiago cruzaba el
Bidasoa y transcurría a través de la llanada alavesa. La incursión musulmana
afectó principalmente a Álava, cuando se inicio la reconquista se recuperó su
territorio para la corona de Castilla, históricamente se disputaban esta
provincia entre Burgos y Navarra, siendo fundada Vitoria por el rey Sancho de
Navarra para poco después ser conquistada por Alfonso VIII de Castilla, debido
a este ir y venir, los monumentos más notables que han llegado a nuestros días
se encuentran en los aledaños de la capital.
San Juan de Marquínez
El románico alavés es habitualmente tardío y destaca por su
ornamentación, la elegancia de sus formas y su gran finura, donde con
frecuencia se encuentran fustes tallados con una delicadeza impoluta, sobresale
más la belleza escultórica que la arquitectónica.
Portada del Monasterio de Estíbaliz
Entre los templos más destacadas se encuentran la
basílica de San Prudencio de Armentia, de factura excepcional, o facturas…
Fueron tres los maestros que intervinieron en su construcción, destacando los
dos últimos que abordaban temas tan interesantes como el anástasis o la bajada
de Cristo a los infiernos.
"El anástasis"
El porche exterior se diseñó en el siglo XVIII
confeccionándose a través de varios elementos que se encontraban en el interior
de la iglesia...
Hablando del interior, me llamó poderosamente la atención un capitel en que unos animales devoraban a otros animales, entre ellos a una persona cuyas perfectas piernas sobresalen de su boca ¡Fantástico!
Capitel interior de Armentia
A apenas una decena de kilómetros está el Monasterio de
Nuestra Señora de Estíbaliz cuya portada es sensacional, grandiosa, envuelta en
un sin fin de detalles que se entrelazan unos con los otros, ese tauro con
saeta apuntando a una sirena-ave, todo un despliegue de fantasía y misterio.
Detalle portada Estíbaliz
Voy con el interior, los capiteles ¡¡¡Maravillosos!!! De una
forma “florida” se representa el pecado original, el autor de esta maravilla
sin duda era amante de las flores, de las plantas... Y de los animales, nunca
había visto representada la lujuria a través de un sapo mordiendo los pechos a
una mujer.
Capiteles interiores de Estíbaliz
Otro ejemplo interesante es la iglesia de Santa Columba de
Argandoña impregnada del arcano templario.
Argandoña y sus detalles, en la ventana San Pedro va "sin" llave
O Nuestra Señora de la Asunción de Tuesta donde el gótico ya se hace latente, su pórtico está formado por siete arquivoltas, dos de ellas adornadas con motivos vegetales y las restantes con distintas escenas de la vida cotidiana del hombre, con animales, lo mismo en posición horizontal que vertical.
Un conjunto de capiteles figurados que contienen un rico
bestiario, de lo más expresivo...
La Sencillez de San Juan de Marquinez y San Juan de
Cárcamo...
San Juan de Cárcamo
Cuando nos cruzamos con la ermita de Nuestra Señora del
Campo apenas quedaba nada de su piedra original, pero curiosamente, dejaron los
canecillos y construyeron sobre ellos, apuntando la altura original de la
iglesia y un músico me cautivó.
Canecillo de Ntra. Sra. del Campo
Y no me enrollo más, dicen que una imagen vale por mil
palabras, aunque yo en lo que me reafirmo es que las sensaciones por mejor
expresadas que estén, que no es el caso, no se pueden trasladar, hay que
sentirlas y estos oratorios además de ser libros de piedra tiene el don de de
encontrarse en un entorno de fábula, los caminos del paraíso terrenal.