Cuando miramos de hacer nuestro viaja a LANZAROTE no fue idea mía, nunca hubiese planeado un vuelo a un lugar donde los árboles, la vegetación es escasa, en mi ignorancia daba por sentado que era un paisaje árido y polvoriento donde sin duda el calor iba a ser “crónico”, sin pensar en que en los más extensos desiertos las noches son frescas y que la belleza muchas veces la guarda el interior, sin más… Fue tocar pie en la isla y la perspectiva cambió 90º, estaba en un sitio sin igual, en otra órbita ¡De la tierra a la luna! Y por cierto, con un clima la mar de agradable.
Playa de El Golfo
“Lancelotto” es una isla joven pincelada entre ríos de magma y aunque las últimas erupciones se remontan al siglo XVIII la actividad volcánica no duerme.
Para disfrutar de todo su esplendor posee un patrimonio natural único EL PARQUE NACIONAL DE TIMANFAYA, entre colores negros, grises, rojos y la fuerza del mar azul, adonde los cuatro elementos: agua, tierra, fuego y aire están visibles a cada paso y la vida apenas florece entre líquenes blancos que cubren la piedra volcánica o entre lagartos, escarabajos y poco más...
... Sin olvidar su animal endémico por excelencia: el camello, hoy en día animal turístico, pero si me remonto a la historia la leche de camella dio de beber a toda la población y de hecho hasta el siglo XX la leche de vaca no llego al lugar, envasada, claro, aquí hay poco que pastar.
Situado al suroeste de la isla, entre los municipios de “Yaiza” y “Tinajo”, en este paraje se esconden más de 25 volcanes y la temperatura de la tierra en algunos puntos de la superficie oscila entre 100º-120º y si bajas a unos 13 metros de profundidad puede alcanzar los 600º ¡La tierra de fuego!
Una forma de comprobar este fenómeno es ir a una de las demostraciones geotérmicas que se producen en el parque, como poner retama en algún cráter secundario o parásito y observar la magia del fuego sin ningún tipo de combustión, con apenas unas ramas se secas ¡Et voilà!
O si echas agua se produce un auténtico géiser:
Estas pruebas se realizan para deleite de propios y extraño al lado de un restaurante que utiliza este don natural como parrilla y su nombre es “El Diablo”, ese diablo rojo y saltarín emblema del sitio y cuyo diseño es obra del escultor, pintor, arquitecto… El erudito César Manrique que dejó una huella en su Lanzarote natal imborrable ¡Fantástica! Él pintó el verde y sus creaciones: su casa, los jameos del agua… Son auténticos vergeles.
Boceto original del Diablo - Casa de César Manrique
Volviendo al perímetro del parque son muchas las cosas que parecen imposibles aquí y son, antes he hablado escasez de vegetación pero aun así en la zona de “La Geria” se cultiva la uva malvasía ¡Capricho de los dioses! Produciendo un vino con denominación de origen.
Lo realmente curioso es la forma de laborar la tierra: se siembra en un agujero negro y se protege del viento con una muralla de piedra en forma de herradura y con semejante temperatura del terreno ¿Cómo es posible? Cuando te lo explican, lo entiendes, el manto de los cultivos son las piedritas formadas por la ceniza, que por la noche absorbe la humedad y por el día protege del sol.
El paisaje que te envuelve a lo largo y ancho del espacio protegido es lunar, montañas de cenizas negras y rojas, los restos férreos, las chimeneas…
Los ríos de lava que desembocan en el mar y me voy a un escenario de cine “El Golfo” un lugar idílico, tan bonito que ha sido parte de varias películas, el entorno elegido por Almodóvar para grabar “Los abrazos rotos”, una calita negra y con apariencia tranquila, vista en foto parece ideal para el baño, pero si os fijáis, no hay bañistas, en realidad es un cráter abierto al mar, la playita es el semicírculo de la boca de un volcán cuya otra parte está hundida, cubierta por las aguas.
Otro de los lugares donde admirar la cadena volcánica a pie del bravo mar son “Los Hervideros”, la fuerza de las olas hace pasadizos en la roca de lava, cuevas y agujeros, que cuando el mar está muy embravecido se cuela llegando a salir el agua a la superficie, el efecto es algo parecido a los bufones de Llanes (Asturias), es impresionante ver la audacia de la naturaleza, el agua abriéndose camino a través de los poros de la costa y la potencia del inmenso océano golpeándola.
Ya voy a ir acabando y un consejito vendo: la excursión a Timanfaya es mejor hacerla organizada que por libre, por varias razones, el acceso al parque es limitado y las colas para coches particulares en algunas fechas se hacen interminables, por otro lado el parque aunque está señalizado es fácil perderse, las indicaciones van muy de tarde en tarde. Pongo un enlace de un vídeo que hice de la isla…
Que ahora el youtube no me deja compartirlo con el blog ;( y ¡Eso es todo amigos!