jueves, 28 de septiembre de 2017

LAS CINCO VILLAS: PASEANDO POR LA HISTORIA


Cuenta la leyenda, que cuando el rey de Aragón Sancho Ramírez arrebató la villa de LUNA a los musulmanes tuvo de aliada la luna, que se oscureció facilitándole la victoria.

En el siglo X, los reyes pamploneses iniciaron la reconquista del territorio del norte de Aragón. Para afianzar las tierras conquistadas, levantaron una frontera defensiva de villas fortificadas y castillos, situados de forma estratégica, asegurando la vigilancia y protección ante el ataque enemigo.


LAS CINCO VILLAS son una comarca del norte de Zaragoza que se cuela como brazo en manga de Huesca y Navarra, un lugar que no se entiende sin su historia forjada a golpe de espada, bastiones triunfales que resplandecen de polvo y batallas.


Su origen se pierde en la noche de los tiempos, la prehistoria. Fue un núcleo musulmán con el nombre de “Siya”.


La suman: Ejea de los Caballeros (capital económica), Sádaba, Sos del Rey Católico (capital histórica), Tauste y Uncastillo, aunque son más de 30 los municipios que aquí se asientan, entre la montaña y la llanura, desde el Prepirineo al Valle del Ebro, con una gran variedad y riqueza paisajística.


En el siglo XI, el recién instaurado Reino de Aragón continúo la contienda avanzando hacia el sur. Tal y como se desplegaban los infieles, iban repoblando de católicos y judíos atraídos por las ventajas fiscales del “Fuero de Jaca”.


El pueblo hebreo, hasta su expulsión en el siglo XV, tuvo una vida pública activa, dedicados al comercio y los prestamos, su huella aún permanece en los barrios judíos o juderías, laberintos urbanos que muchas villas conservan.

Enclaves medievales que el futuro olvidó en su rico pasado, en sus murallas, en sus intrincadas callejuelas, sus casas y blasones, su ROMÁNICO, tan bello y tan numeroso.


Sus iglesias eran construcciones influenciadas por el clima de guerra que dominó la zona durante siglos, se erigían en alto, sobre una colina, tras la torre atalaya.


Una característica común en muchas de ellas es su origen: LA CRIPTA, una forma de adaptarse al terreno quebrado, salvando la pendiente sobre la que se edifica, utilizándola como plataforma donde se alza el TEMPLO.


Contando con las mejores manos que dejaron su firma impresa en la piedra tallada de forma magistral. El maestro de Agüero o de San Juan de la Peña o su taller, no está claro, está presente en toda la comarca, entre ojazos, criaturas fabulosas…


Bailarinas:


Y magníficos Crismones.


También se habla del Maestro Esteban, artífice de la Catedral de Santiago de Compostela, la cripta de San Esteban en SOS DEL REY CATÓLICO conserva unos capiteles que se le atribuyen su autoría.


Sos, fortificada de rancio abolengo, cuna del Rey de Aragón Fernando el Católico, que recibió el primer sacramento en su iglesia, donde se conserva la pila bautismal utilizada para tal fin.


UNCASTILLO es un museo al aire libre, la villa de Aragón con más iglesias románicas: seis. Su atardecer es la postal de un cuento de princesas, de los pueblos más mágicos de España.


Su nombre procede de una fortaleza islámica encaramada a una peña rocosa, sobre ésta, se levantó un castillo y una muralla que se mimetiza con la roca.


Al amparo de la fortaleza se formó un caserío que fue creciendo poco a poco. En el siglo XII, con la llegada de los nuevos pobladores, llega a su culmen naciendo nuevos barrios y en cada uno, su lugar de culto.


Doy una pincelada a la portada principal de la Iglesia de Santa María, un conjunto escultórico rebosante de ingenio y originalidad que es el vivo retrato de la sociedad medieval: sus protagonistas, oficios y vicios representados de forma alegre en un mundo festivo, bailarinas, acróbatas, músicos…

La arquivolta intermedia llama la atención porque se asoman unos personajes con los pies colgando, como si nos mirasen a través de la ventana.


De todos los templos de la comarca hay uno para mí especial por ser diferente a cuantos he visto, a lo lejos parece una casona alta, más alta que la media románica, rectangular, sencilla. Tal y como te acercas aprecias su singularidad, el hechizo de una bella desconocida: LA ERMITA DE PUILAMPA, a las afueras de la población de SÁDABA.

Se alza a la vereda del río Riguel en un lugar en medio del camino, sin más, formaba parte de un monasterio que los hospitalarios erigieron aquí del que ni rastro queda, sin embargo, su iglesia se conserva sin mácula, impoluta.


Su nombre procede del latín "Podium Lampad" (lámpara de podio). Como un faro sobre una cima conducía a los peregrinos en sus pasos a Santiago. Un lugar de liturgia y reposo, donde se admitían y cuidaban a los viajeros cansados de su largo viaje, a los enfermos…

Apenas existen referencias escritas de este templo, sus muros son literalmente las páginas del libro que narran su historia: fechas, frases, inscripciones funerarias, se mezclan con las numerosas marcas de cantería.


Su pórtico lo corona un tímpano de gran belleza. En su centro un crismón sujetado por  tres palmeras. A los lados dos arbolitos: el del bien y el mal y el árbol de la vida, sobre ellos el sol y la luna.

Sobre el arco superior se lee: “Bernardvs Me Fecit” que se cree que es el creador de la portada y en la parte inferior, en la arista donde se apoya el arco: “Porta per hanc celi fit per via quique fideli” (A través de esta puerta, la puerta del cielo se abre a todos los fieles).


Son tantos los ejemplos que me puedo enrollar y enrollar, con cada pedanía, con cada iglesia y hacer de esta entrada un capítulo, hay tanta variedad y riqueza arquitectónica conservada de mejor o peor forma.

Las Cinco Villas pasa por los tiempos modernos de forma silenciosa, sin eco. Es el sorprendente lugar perdido y apenas conocido, el conjunto perfecto, que quien va, repite.