viernes, 5 de diciembre de 2014

ROMÁNICO EN LAS MERINDADES ¡OJOS DE LA ETERNIDAD!


Cómo introducción, y aunque me repita, soy una apasionada de la historia, desde niña, como leer un comic, cualquier batalla, cualquier suceso, mi imaginación desbocada se traslada a cada hecho, cómo me iba a costar aprender algún episodio de la Revolución Francesa si estuve presente en la toma de “La Bastilla” ¡Lo vivo!

Si hago la pregunta de ¿Quién hace la historia? Estaría clara, los que la vivieron en primera persona, que nada tiene que ver con ¿Cuál es la historia que ha llegado a nuestros días? En este caso, sería la escrita, pero ¿Quién la escribe? O ¿Desde qué percepción? Sin arriesgar mucho, desde la visión de los ganadores y ahí me planteo si se puede creer a pies juntillas.

Entre el conjunto de periodos tengo predilección por lo que llamo “el origen”, todo lo acaecido desde las primeras civilizaciones a la Edad Media, por diverso y desconocido. Rebautizada esta última por los cristianos victoriosos en la Península Ibérica como La Reconquista, desde Don Pelayo a los Reyes Católicos, tiempos de grandes guerras y grandes tratos, de cruzadas, donde en un mismo sitio convivían o subsistían tres religiones, la riqueza del mestizaje, con sus distintas formas de vida, a veces de incognito, camuflando sus costumbres entre las gentes, su credo entre los cantos, legando, generación a generación, su folclore y patrimonio.

EL ROMÁNICO, más que como una expresión artística lo entiendo como una forma de vida, la introducción de un elemento hasta entonces descocido, críptico, enigmático, escenas que se reproducen en piedra, en algunos casos con relativa frecuencia y en otros, en lo único que se ponen de acuerdo los amantes de esta táctica es en su singular belleza, ni siquiera, de algunos oratorios se conoce su proceder, solo se sabe que son parte de la vida de sus gentes. Templos creados mayoritariamente en lugares de culto utilizados por sus predecesores en posiciones trascendentales.

LAS MERINDADES, situada en el norte de BURGOS, es conocida como "La Cuna de Castilla", por ser un lugar montañoso, recóndito y de paso a Cantabria y a Euskadi, una vía de comunicación arcaica utilizada desde la noche de los tiempos. En esta comarca es raro el pueblo que no posea un templo medieval o lo que de él quede y entre ellos he elegido cuatro, por ser los más representativos o conocidos:

ERMITA DE SAN PEDRO DE TEJADA (PUENTE ARENAS): Lejos de la teoría de que el románico es chaparro destaca por su esbelta y armónica figura, fundada en el siglo IX como monasterio, siendo el más importante de la naciente Castilla hasta que las tropas católicas hicieron avanzar sus líneas y se fundó más al sur el de Oña, en ese momento, pasó a depender a esa orden monacal.


En la actualidad es propiedad privada, para visitarla, hay que llamar a un teléfono que hay fuera (662641079), como no fue el caso, me quede sin verla por dentro, ahora el exterior ¡Sublime! Una portada con una última cena y una imagen de Judas comiéndose el pescado de Jesús a la vez de que San Juan, se apoya en su regazo.


Para continuar con un conjunto de canecillos, un diablo simpático que parece dibujado por un niño, si no fuera por la cabeza que tiene bajo sus garras y en otros casos ¡Te dejan sin palabras!  Preguntándote ¿Qué querría decir el maestro constructor?


ERMITA DE SAN PANTALEÓN DE LOSA: Sobre la proa de un barco calizo que encalla en la misma villa.


Muchas son las leyendas que se ciernen sobre ella relacionadas con el Santo Grial, esa es la explicación dada al atlante, de talla ruda, pero fuerte y precisa, que como jamba forma parte del pórtico: ¡El guardián! Que sirve de sujeción a una serie de arquivoltas donde asoman caritas y piernitas, personas ¿Emparedadas?


Dentro me llamó la atención que está hecha al revés, me explico, por su situación y el desnivel del suelo hace que su bóveda sea corta y ancha, y cuando se amplió, se hizo en vez de a lo largo, como es más normal, a lo ancho.

Aquí está todo el largo de la planta, desde la puerta al altar.

Una vez  fuera, son fantásticas las numerosas ventanas, en algunas, hay caras, caretos, caretos burlones y unas máscaras que parecen más procedentes de los pueblos mayas que de los cristianos.


IGLESIA DE SANTA MARÍA DE SIONES: El simple nombre ya me hace soñar  “Junto a los ríos, en Babilonia, allí nos sentábamos, y llorábamos al acordarnos de Sion”, este pasaje bíblico hace referencia a una fortaleza que se encontraba en Jerusalén y si añadimos que se crea al amparo de la Sierra de la Magdalena, y, para más inri, se desconoce el origen, el arcano está servido.


Su presentación oficial fue en el siglo XIV, mucho después de su creación, se cree que el motivo de esto es que su uso en principio no fue religioso, sino que se mandó a construir por una familia noble, cómo panteón, de ahí su gran riqueza interior.


Su exterior, aunque más sencillo, no está exento de simbología.


Según algunas teorías los Caballeros Templarios están detrás de tan magna obra. Para visitarla, en la casa de enfrente, en la más cercana, vive Angelines que tiene las llaves.

IGLESIA DE SAN LORENZO DE VALLEJO DE MENA: De las construcciones más sustanciosas por su compleja arquitectura, iniciada en el culmen del románico, y en la progresión de la obra, a lo largo de los años, deja ver la otra cara de la moneda: el declive de un estilo.


Tiene tres pórticos y uno de ellos es excepcional, su interior amplio y luminoso, aunque más sencillo que el de Siones, sin embargo, su fachada, en algunos tramos dorada al sol, destaca mucho más.

Su cabecera seccionada por ocho haces de columnas le da una forma poligonal, con cinco caras y cinco ventanas de lo más imaginario, coronadas por tres arquillos ciegos, propios del primer románico o románico lombardo y toda una colección de canecillos.


Una alegoría de piedra con los muros encriptados, tanto, que a veces se me hacía densa, pero ¡No me sacio! Para visitarla, una vecina muy sana y amable del pueblo es ahora el ama del calabozo, sustituye a Irene, la hermana del párroco y su teléfono también está en la puerta, sino preguntar por ella.

Y solo me queda plantar la película, hecha con una sucesión de fotos, de detalles, de momentos, de estos cuatro templos ¡OJOS DE LA ETERNIDAD!