miércoles, 12 de febrero de 2014

LA ALHAMBRA: LA ROJA (GRANADA)


“Cuando el sol se va, se le escucha hablar,
Paseando su amargura por la Alhambra,
Recordando y llorando por Granada”

Recuerdos de infancia, la canción  “Llorando por Granada” de Los Puntos que mis padres ponían una y otra vez en un tocadiscos Philips.

Este post va a ser corto, no porque no haya que contar, todo lo contrario, que lugar se envuelve de más magia, de más historia, de más canciones, de más leyendas que LA ALHAMBRA: LA ROJA,  a mí se me escapan las palabras entre tantas que ya se han escrito ¿Qué más puedo añadir? Son tantos sus detalles, su armonía, su perfecta geometría, su magnífica situación y natural belleza. El capricho de los reyes nazaríes y el deseo de los reyes católicos.


Un trocito de cielo en la tierra utopía del paraíso, donde Boabdil el Chico dejó su alma e Isabel y Fernando y sus vástagos, tras la conquista, dejaron su cuerpo, en Granada su mayor anhelo, el último rincón de Al-Andalus en la península.

El Partal

La vida de Boabdil, repleta de amor, valor y corazón, la plasman de una forma clara y bonita mis amiguitos del blog “Salud y Románico” y pego el enlace, merece leerlo: AMOR MORO.

Conjunto monumental declarado patrimonio de la humanidad, incluso, propuesta como una de las 7 maravillas del mundo moderno. La Alhambra está situada sobre el monte Sabika, su origen es la alcazaba y un conjunto se huertas y lares agrícolas: El Generalife. Las primeras referencias escritas de este sitio hablan de él como un auténtico vergel, donde la umbría apenas deja penetrar los rayos del sol y el agua mana por todo lugar.


Para visitarla, es bueno sacar las entradas por internet a través de la web: INFORMACIÓN Y ENTRADAS DE LA ALHAMBRA.

Un sitio cuyo mayor arquitecto es la naturaleza, su mano siempre está presente, idílico para hacer una residencia de vacaciones,  un complejo paradisiaco tocado por el líquido elemento y que no pierde de vista en ningún momento el califato, en tiempos revueltos, repletos de contiendas y batallas, desde aquí se divisa toda la ciudad, blanca y luminosa, que por la noche, duerme cubierta en sábanas de cal.


En el medievo los reyes no iban a cazar elefantes, al contrario, se quedaban cerca para no perder ripio.

Todo el equilibrio y la grandiosidad de las edificaciones islámicas, minuciosas y misteriosas, rodeadas de toda la esencia que la tierra puede otorgar, transformado en dos palacios nazaríes provistos de patios y jardines: El Palacio de los Leones y el Palacio de Comares.

Detalles Patios de Palacios Nazaries

Cuando los Reyes Católicos tomaron Granada, como es “natural”, no dejaron “títere con cabeza” destruyendo y reformando todo lo que oliese a religión musulmana, convirtiendo todo lo que se pareciese a una mezquita en una iglesia. La Alhambra se salvó de la quema porque nada tenía que ver con lo divino salvo su aspecto, propio del Edén más que de este mundo, solo era un lugar de descanso, de esparcimiento y recreo.

Carlos V plantó en medio de ese pedacito de gloria su propio palacio, para gloria de sí mismo, edificado por los mejores maestros y con los mejores y más caros materiales de los que se disponían en la época, de interior circular, con columnas, tipo pequeño teatro romano, y es que también debía tener alguna fijación con este imperio,  adoptando  por ejemplo, en la bandera el águila imperial romana.

Una construcción ostentosa, sublime, que en cualquier otro rincón sería soberbia, pero aquí ¡Lo es más! Ante la finura y la delicadeza de los labrados ya existentes, es como una tableta de chocolate pero del de a la taza, tocho, parece mentira que el mármol luzca tan poco ante una simple casa de labor...

Palacio Carlos V y Generalife

Aquí la peli:


He utilizado un efecto en las fotos que parecen dibujadas, en blanco y negro y a lápiz:


Es impresionante la exactitud milimétrica entre los distintos trazos,  la cantidad de formas y de filigranas ¡Qué riqueza más sencilla! Da ganas de dibujarlas, pero ni con el mejor cartabón quedarían tan precisas  ¡Eso es todo amigos!