lunes, 20 de mayo de 2013

LAS IGLESIAS MOZÁRABES DEL SERRABLO (HUESCA)


Érase una vez las Iglesias del Serrablo, palabra antigua que desde el medievo sirve para asignar el vasto territorio de Huesca comprendido entre Gavín y Aínsa y érase una vez el origen, que como todo origen es del todo incierto.

Un grupo de 17 templos erigidos entre los siglos X y XI, similares entre sí y distintos de todos los demás,  un estilo único que solo está presente en esta comarca, conocido también con el nombre de “El Círculo Larredense” por ser “San Pedro de Lárrede” su máximo exponente, aunque para mí… Iré desarrollando los puntos suspensivos.

San Pedro de Lárrede

Por la peculiaridad de encontrarse todas ellas en apenas una veintena de kilómetros en torno a el río Gállego se denomina a su estilo “Románico del Gállego”, cercanas a las grandes poblaciones de Sabiñánigo y Biescas en un entorno naturalmente fantástico.

Fueron redescubiertas  a principios del siglo XX y desde entonces su fábrica ha suscitado un sinfín de dimes y diretes: ¿Mozárabe o Románico Lombardo? Y me viene al coco LA MARCA HISPÁNICA.

Una asociación con el nombre de AMIGOS DE SERRABLO ha conseguido despertarlas de su sueño, logrando que se las declare monumentos de interés histórico-artístico; ellos defienden la teoría que son templos del primer románico que se conoció en la península con componentes de la arquitectura musulmana, también se encargan de la restauración de estos tesoros, que en algún caso, estaba en estado lamentable, incluso algún listo quería llevarse la ventana de “San Juan de Busa” a su chalet, nada más y nada menos que tres arcos de herradura con su marco, cuyo valor es incalculable… Siguiendo los puntos suspensivos, para mí, Busa es la más especial, rodeada de montañas en lo que en otro tiempo fue una aldea medieval, señero y cuya torre nunca emergió dándole la apariencia de la quilla de un barco varado en soledad...


Es tan insólita como misteriosa y en su puerta reza “la ilaha illa Allah”, que a cristiano no suena y que significa “no hay otro dios que dios”. 

      
Construcciones sólidas y sencillas, tanto, que mi hijo de 10 años en una me dijo que si íbamos a ver una casa, con tejados a dos aguas y sin apenas ornamentación, destaca más su arquitectura que su escultura.

Eremitorios de planta rectangular de apenas unos metros, pequeños, de los que salta a la vista sus grandiosos campanarios, torres esbeltas que se elevan al cielo desproporcionadas con el resto de la obra. A mí, salvando la distancia, alguna me recuerda a las iglesias del Valle de Bohi a otros le evoca los minaretes de las antiguas mezquitas.

Características de estos templos es el ábside semicircular, decorado con arcos ciegos que se apoyan en lesenas, en este rasgo el estilo carolingio se impone y la más singular, el friso de baquetones verticales que coronan a todos ellos, marca distintiva de este enclave.

San Martín de Oliván

Sin embargo o en contra, otra de las peculiaridades del conjunto son las ventanas, de dos o tres arcos de herradura, habitualmente en alfiz, típicas de la arquitectura andalusí.


(…) Más puntos suspensivos, el más antiguo de toda la colección es "San Bartolomé de Gavín", también se encuentra solitario en una extensa pradera y tras de él una frondosa arboleda, de la que sobresalen los pinos, aquí también existió una población de la que hoy nada queda, es tan primitiva que en este caso los arcos no van enmarcados, un lugar tan idílico que me encandiló.


Alguno de los símbolos de su atalaya, geométricos y sencillos, me recordaron a la cultura celta, incluso como estoy tan volá me vino al coco el círculo del horóscopo celta, por aquello de que son 13 los árboles que lo representan, como las fracciones…


La historia dice, en un resumen muy resumido, que la zona del Gállego, de difícil acceso, tras la caída del reino visigodo estuvo bajo el dominio musulmán, nada se sabe sobre si se les permitía mantener cualquier otra liturgia. Tras la conquista cristiana, recibió una nueva oleada de pobladores de ideología mozárabe y posiblemente por su peculiar aislamiento el rito musulmán se practicó hasta bien entrado el siglo X.

Lo único que me queda claro, tras todos los enigmas que ocultan las noches de los tiempos, es que sea cual fuere su proceder  ¡Son bellísimas! He hecho un pequeño vídeo donde están algunas de las que son, por cuestión de tiempo y las fotos tienen que ver con la lluvia limpia que nos acompañó durante toda la aventura.