martes, 11 de octubre de 2011

LAS BATUECAS Y LA SIERRA DE FRANCIA




Hace muchas lunas que volé por primera vez estás tierras... Una pintura me animó a conocer un sitio tan mágico, colgado en el comedor de tía Leo hay un cuadro de una plaza rectangular porticada cuyo eje es un crucero de granito, con casas de pocas plantas, de estructura de madera y con pilares de piedra, un corredor de balcones encalados…  Ese óleo fue un regalo de un ex-novio  que vivía enamorado de “La Alberca” y dedicó meses a pintar su plaza sin obviar detalle, tanto, que al verlo ¡Me traslada a las Batuecas!




Muchos han sido los vuelos desde entonces,  buscando alguna criatura de las que habitan este lugar espeso y aislado: EL PARQUE NATURAL DE LAS BATUECAS Y LA PEÑA DE FRANCIA ¡Donde se encuentra el paraíso terrenal! Según la leyenda que va de boca en boca por el lugar.

Situado al suroeste de la provincia de Salamanca, lindando con la provincia de Cáceres y esta vez  no empiezo con “érase una vez”, porque su nombre suena por sí mismo a fábula, dimes y diretes que se han trasmitido generación tras generación, de brujas, de demonios, de vivos y muertos y a mil y una historias de una zona poblada desde antes de la época romana y de la que hay poca referencia escrita, pero sí conserva un conjunto de tradiciones ancestrales, tan arraigadas ¡Blancas y negras! Que han mantenido sus gentes desde el principio de los tiempos hasta nuestros días.

En apenas 30 km. que distan por carretera de la Peña de Francia al Valle de las Batuecas hay un desnivel de unos 1150 metros  ¡¡¡Alucinante el paisaje!!!

La Peña de Francia es el punto más elevado de la provincia de Salamanca a 1720 metros de altitud y aquí se encuentra el Santuario de la Virgen de Francia. Para mí el oratorio deja bastante que desear, aunque su interior guarda un gran tesoro: una talla del siglo XII de la virgen negra de Francia.




Su situación es tan elevada que se puede observar la sucesión montañosa de las Hurdes y las Sierras de Béjar y Gredos ¡A vista de pájaro!




Y a la que subo, bajo al Valle de las Batuecas y en serio, si lo hacéis en el mismo día notaréis  presión en los oídos, así que mejor me paro en el medio, un buen punto de partida para recorrer todo el enclave es “La AL-BEREKA”  ¡LUGAR DE LAS AGUAS! Uno de los pueblos considerados de los más bonitos de España y el primero en conseguir el distintivo de MONUMENTO HISTÓRICO ARTÍSTICO.




Y  no sé si el pintor que cortejó a mi tía se hizo famoso o sencillamente por  la belleza de “La Alberca”, si vas procura no hacerlo en puentes o demás fiestas de guardar, porque es tan conocida que se te hace imposible disfrutar de su esencia, sus enredadas calles se convierten en un hormiguero.

La Villa es una JUDERÍA, aunque hay quien la describe como un arrabal, lo cierto es que es ¡Redonda!  Laberínticas callejuelas empedradas y secretos pasadizos, donde entres por donde entres siempre vas a parar a al mismo sitio “La Plaza Mayor” el centro social del pueblo.  En este lugar han convivido las culturas cristiana, musulmana  y judía.




Sus casas se levantan sobre granito y las fachadas lucen intrincadas vigas de madera, suelen tener 3 alturas, cada planta superior sobresale de la anterior y los tejados parece que se dan la mano ¡Casi se tocan! 




Un tipo de construcción típica de esta zona, pensada para proteger de la lluvia y de las inclemencias meteorológicas, solo conozco un sitio donde son parecidas: la villa judía de “Hervás” (Cáceres), un estilo peculiar de edificar propio del pueblo hebreo.  




Un lugar litúrgico, con una marcada tradición religiosa mantenida durante siglos por el pueblo albercano, aquí hay un rito para todo, el nacimiento, la muerte, la vida… Solo con pasear por sus calles te das cuenta de que hablo, hay grabados religiosos en piedra, las inscripciones de los dinteles de las puertas, es como un deseo de que los muertos perduren en la memoria de los vivos… Tanto, que al lado de la iglesia hay dos calaveras de verdad ¡¡Yu-yu!! Pues ahí está, en una de las paradas de la MOZA DE ÁNIMAS



… Cada noche sale la moza de ánimas recorriendo las calles del pueblo y parando por las esquinas a los 3 toques de una campanita reza una oración por las benditas almas del purgatorio…




Si no te la esperas, te manda directo al cielo o el infierno  ¡Un susto de muerte! En la oscuridad te encuentras con una o varias ancianitas vestidas de negro, rezando con voz tenue y de carrerilla, parecen voces de ultratumba. Toda esta serie de tradiciones le dan un toque tan especial como místico y es que tienen mucho encanto o mucho morbo.

Me he parado en “La Alberca” por popular,  pero son 15 los pueblos que comprenden la Sierra de Francia y a ¡A cual más bonito! Todos son villas medievales, aldeas serranas donde se ha conservado la arquitectura popular de la zona y aquí dejo una muestra de algunos de ellos:


Miranda del Castañar 

San Martín del Castañar 

Mogarraz 


Y ahora sí bajo a 580 metros de altura a la abadía de “San José de las Batuecas” o el desierto carmelitano, aunque entre los diretes que lo rondan se dice que estuvo habitado por sectas y demonios, incluso que los pastores no osaban a acercarse al cenobio. 




Un sitio realmente fantástico y si os cuento la aventura en el monasterio, mejor lo dejo para mi otro blog, que es más de humor, a fecha de hoy juro que había una cámara oculta y aventuras aparte, todavía se encuentra habitado por la comunidad carmelita. Una edificación rodeada de jardines o un antiguo jardín botánico que plantaron los monjes, con una fachada humilde y austera y aunque no hay alusión por escrito de su existencia hasta el siglo XVIII, son muchos los literatos que se vieron cautivados con su hechizo: Unamuno, Lope de Vega, Larra... con más o menos acierto.

Desde el muro posterior del monasterio, el paralelo al río Batuecas, sale una senda que no está indicada, relativamente fácil, un camino angosto que conduce a una cascada espectacular “El Chorro de las Batuecas” un salto de agua de 35 metros de  altura.




Un trayecto de unos 11 km. ida y vuelta, por un camino umbrío, entre jara, eucaliptos y tejos, siempre al lado del río Batuecas y con varias cuevas diseminadas por el entorno, fáciles de descubrir, donde hay restos de pinturas rupestres. Lo más complicado de la ruta es el final, donde hay una empina subida en zig-zag por lajas, pero ¡Si yo puedo, tú puedes!

Y me he enrollado sobre manera, algunas fotos tienen peor calidad porque son escaneadas y os dejo un enlace por si os animáis con la zona:

 Y eso es todo amigos!!!